domingo, julio 24, 2005

[Estreno] "El amor es lo que tiene", de Nigel Cole: sin noticias del amor



Cuando alguien va al cine a ver una comedia romántica hollywoodiense y sale de ella despotricando y poniéndola a parir, muchos lectores pueden preguntarse. Si sabes lo que vas a ver, ¿por qué vas al cine a ver esa película? Bueno, pueden haber dos opciones: la primera es que podría tener un pase de prensa y tener que ir por c******, y la segunda es que tú no elijas la película. Pues bien, mi caso es el segundo. Tengo una excusa.

"El amor es lo que tiene" es el debut en Hollywood del director británico Nigel Cole, realizador que nos había presentado dos comedias dramáticas bastante más interesantes que esta propuesta, como son "Las chicas del calendario" y "El jardín de la alegría". Su primer trabajo en Hollywood se salda con unos resultados muy discretos, en una típica comedia de enredo (con cierto toque de melodrama hacia el final), repleta de buenos sentimientos, y con el fin de sacar una sonrisa al espectador medio que acude a la sala a ver algo de rápida digestión. La película está contada en base a flashbacks, y nos cuenta la relación que surge entre un chico joven y tímido (Ashton Kutcher) y una joven alocada y pasional (Amanda Peet). A pesar de que el amor surge entre ellos, su idilio parece abocado a la separación, y siempre terminan buscando su propio camino para reencontrarse años después.

En favor de "El amor es lo que tiene" hay que decir dos cosas: al menos es una idea original, y no estamos ante el enésimo "remake" o la tan socorrida secuela. El otro aspecto es que, a pesar de su inicio ciertamente desalentador, es capaz de levantar el vuelo y no caer en la vergüenza. Un aspecto que se agradece a los guionistas, que construyen un guión sin florituras, pero que cumple con su función sin llegar al sentimentalismo fácil.



Pero es aquí donde se acaban los puntos positivos. El primer "strike" (si has visto la peli, lo pillarás) es la pareja protagonista. Ashton Kutcher será una cara guapa, seguirá haciendo películas y seguirá saliendo con Demi Moore, pero es un mal actor. Su cara no cambia durante todo el film, y su mirada, mezcla de despiste y bobería, termina siendo cansina. Por otro lado, la prometedora Amanda Peet está totalmente perdida en esta comedia romántica. La química necesaria para este tipo de largometrajes es inexistente y se convierte en el hándicap más importante.

El segundo "strike" deviene en la carencia de un desarrollo de la propia pareja. De hecho, al director este aspecto no parece importarle y prefiere prescindir de las fases de desarrollo mediante una serie de elipsis temporales. Es decir, "El amor es lo que tiene" termina siendo una película construida en base a diversas set-pieces, donde se busca el gag fácil y pocas veces se consigue.

EL tercer "strike" y por tanto la eliminación no proceden más que del aburrimiento del film en sí mismo. A pesar de no ser un refrito como comenté antes, la impersonalidad en la dirección y lo predecible del guión producen buenas dosis de sopor. Su pretendida reflexión sobre el amor y el destino es superflua, y a lo único que puede aspirar es a hacer pasar un rato divertido, cosa que ni siquiera consigue. Para colmo, uno empieza a estar cansado de que en la mayoría de comedias románticas se intente añadir a modo de pastiche trascendental la eterna situación super-romántica, que deberá convertirse en sueños (húmedos) imposibles para toda una generación de parejas. En este caso, la foto que ambos amantes se realizan desnudos frente a la luna (1) no elimina su carácter de postizo, de falta de naturalidad, de búsqueda de un momento ingenioso que permanezca en las retinas.



"El amor es lo que tiene" no es más que el enésimo intento de Hollywood de relanzar la comedia romántica, género en horas bajas, pero aunque se reconoce el intento de ser original mediante el uso de una estructura narrativa a base de flashbacks (2) ,la pobreza del guión, la poca imaginación de los gags y la previsibilidad de todo el conjunto (pareja incluida), echan por tierra cualquier intento de renovación.


(1) Si bien reconozco que el final de dicha secuencia incluye uno de los pocos planos interesantes del film: una toma cenital del vehículo de la pareja donde los vemos a través del cristal haciendo el amor, y que a modo de travelling la cámara se va retirando lentamente, aumentando la sensación de intimidad entre ambos.

(2) Tampoco quiero olvidarme de la exquisita banda sonora de la película, con una buena elección de temas pop, tanto antiguos como más modernos.

Un saludo

1 comentario:

Anónimo dijo...

te recomiendo que te hagas un novio "" "" " hagas el amor