martes, julio 26, 2005

[Ciclo de Cine Japonés] 2ª Parte

Ligeramente decepcionado tras la primera tanda de películas, a lo que hay que sumar el pobrísimo estado de las copias y los clamorosos fallos de los subtítulos, decidí tomarme este mini-ciclo con más calma y darle prioridad a otros aspectos más importantes. Finalmente pude disfrutar de otros tres largometrajes, de los cuales uno ya lo había visto con anterioridad (caso de "Kairo", obra maestra), pero no podía perder la oportunidad de verlo en pantalla grande. He de decir que el nivel ha subido considerablemente, y mis horas de sueño en la sala se rebajaron considerablemente en comparación con las tres primeras películas..jajaja (es broma :P).

"Kazahana" (id, Shinji Somai, 2000) es la obra póstuma del realizador Shinji Somai, que desgraciadamente nos abandonó al año siguiente debido a un cáncer de pulmón. Tras el amargo sabor de boca de su otra película ("Sube al cielo de Tokyo") hay que decir que "Kazahana" es una obra más pulida, mucho menos delirante sin caer en lo convencional, y en la que se aprecia una más profunda depuración en la dirección, apostando por acercar un poco más los protagonistas a la audiencia, si bien no lo consigue plenamente, aunque tampoco es su objetivo principal. El núcleo dramático de "Kazahana" se construye en base a sus dos protagonistas y al viaje que ambos realizan: Renji Sawaki (Tadanobu Asano) es un joven de buena posición que tras robar una cerveza en una tienda y habiendo levantado un escándalo por ello (1), decide embarcarse en una viaje por carretera junto a Yuriko (Kyoko Koizumi), una joven a la que ha conocido en un club, ya que trabaja de "acompañante".

La dirección de Somai es muy parecida a la de su otra película, en base a largas tomas y a planos-secuencia muy planificados, acompañados de sutiles "travellings" que le dan al film un tono bastante sosegado y reflexivo. A diferencia de "Sube al cielo de Tokyo", en esta ocasión apuesta más por los primeros planos de los protagonistas en un intento de acercarlos más al espectador. A pesar de ello (y como he comentado antes), a Somai no le interesa que la audiencia se sienta identificado con ninguna de ambas figuras, reduciendo al público a la figura del observador lejano. Por otro lado, la disección de ambos protagonistas es excepcional, sin duda lo mejor del film. Renji es un joven que lo tiene casi todo: un gran trabajo y una buena novia pero se siente totalmente insatisfecho con su vida. Se hunde en su adicción al alcohol (su excesivo consumo y su comportamiento desadaptativo en estas situaciones lo evidencia), y la solución a sus problemas de erección no las halla ni en los clubs que frecuenta. En el otro extremo, Yuriko es una joven que ha abandonado a su hija en una pequeña localidad rural tras la muerte de su marido, para labrarse un futuro en Tokio. Frustrada en su intento, ya carece de fuerzas para volver atrás. Tanto Renji como Yuriko se encuentran en un estado casi catatónico, más muertos que vivos, y ese estado de muerte emocional lo intentarán completar con la muerte física en ese viaje hacia la nieve. De esta manera se estructura una atípica "road-movie", que se aleja de los clásicos planteamientos de redención de éstas, para adentrarse en el terreno de la tragedia, de dos personas abocadas al suicidio.

A lo largo de dicho viaje, Somai irá intercalando diversos flashbacks a través de los cuales conoceremos un poco más en profundidad a sus personajes. Aquí radica uno de los puntos flacos del film. El equilibrio entre ambas líneas narrativas no existe, y el interés que despiertan los flashbacks por conocer a estas personas no los tiene el propio viaje, que incluso alcanza cotas algo anodinas. De esta manera, el largometraje sufre de una descompensación que se acrecenta hacia el final, alargado de forma innecesaria. Aún así, "Kazahana" es una cinta plenamente disfrutable, que versa sobre la vida, la muerte, y el hilo tan fino que en ocasiones separa la felicidad de la tragedia.

Las otras dos películas que pude ver se acoplan claramente a las estructuras de un género (la primera dentro del fantástico y la segunda en el terror), si bien son una muestra eficiente de como el propio género puede (y debe) servir para decirnos algo más, y no presentarse per se. "Un verano con fantasmas" (Ijintashi tono natsu, 1988) es una más de la larga lista de títulos de Nobuhiko Obayashi, director todavía en activo y especialista en el cine de género (tiene incluso una trilogía de terror con colegiala macabra de protagonista). Este título es un acercamiento al fantástico desde una perspectiva más ligera y con una buena dosis de drama existencial. Harada (Morio Kazama) es un guionista de T.V. que tras la separación de su mujer, es testigo de como ésta se marcha con su mejor amigo. Al mismo tiempo inicia una historia de amor con una extraña mujer que le impider ver su pecho, e incluso conoce a una pareja a la que visita habitualmente, debido al gran parecido que tienen con sus padres, fallecidos cuando apenas era un niño.

Como es habitual, el elemento fantástico o terrorífico surge de lo disfuncional, de las familias separadas y de los traumas infantiles. Descubrimos que Harada no deja de ser otro salary-man frustrado con su vida, sin capacidad para mantener correctamente una relación sentimental, alejado de su hijo, y anclado emocionalmente en una niñez inexistente debido a la pérdida de sus padres (2). La doble oportunidad que se le presenta al conocer a estas tres personas (la joven y la pareja) le sirve para reconducir su vida y para reflexionar acerca de la felicidad. El elemento de terror aparece en un segundo plano, casi soterrado, en un estado de latencia que apenas se dispara, ni siquiera en las secuencias finales con toque "splatter" incluido. "Un verano con fantasmas" es un buen film fantástico, que adquiere la forma de una fábula, con moraleja final sobre el hecho de que cuantas veces tenemos la felicidad tan cerca y no somos capaces de abrazarla. Y sería mucho mejor película si el director no añadiera un epílogo totalmente anticlimático y sobreexplicativo que dota al film de una pastelosidad de la cual carece durante todo su metraje.

Por último, "Kairo" (id, 2001). Sin infravalorar a los títulos precedentes, "Kairo" se merece por méritos propios un espacio propio que algún día le concederé. La obra de Kiyoshi Kurosawa es una muestra de genialidad creativa y de que existe una alternativa clara al terror nipón, subtipo fantasmas con pelo largo, tan de moda en la actualidad. Como le comenté a mi acompañante, "Kairo" es un film de terror dirigido por un autor, que hace uso del género para presentar un discurso propio y reflexionar sobre aquello que le interesa. Tampoco podría olvidar una conversación acerca del género y de las reglas que he mantenido hasta hace poco con una persona a la que aprecio en demasía. Partiendo de Godard, y citando nombres nipones como Wakamatsu, Miike e incluso Kurosawa, hemos reflexionado (aunque siendo sinceros, él ha aportado bastante mas que yo, jajaja) acerca de partir de un género o de unas reglas, para luego exponer la propia mirada o incluso subvertirlas a placer.



"Kairo" parte de una idea interesante: en Tokio comienzan a darse una serie de desapariciones y de suicidios, sin ningún tipo de relación entre ellos. Sin embargo, surge una clave:la existencia de una perversa página web, que emplaza al internauta a conocer a un auténtico fantasma....

El único aspecto que tiene en común este film con el neokaidan eigaes la presencia del elemento tecnológico como el portal a través del cual el mundo de los muertos se comunica con el de los vivos. Atrayendo a la masa inherte, sentada en plena soledad frente a la pantalla de un ordenador, sin apenas espíritu crítico para discernir con claridad lo que se divisa a través del fondo radioactivo, los muertos acampan en nuestro mundo, convirtiéndonos (si no lo estamos ya) en parte de ellos. Kiyoshi Kurosawa plantea una excepcional alegoría sobre la sociedada moderna y la deshumanización que sufrimos a través del desarrollo tecnológico. Si Tsukamoto ya ahondaba en este aspecto de forma más visceral y directa en su díptico "Tetsuo", Kurosawa hace uso de un estilo más calmado y no solo utiliza el terror como herramiento para reflexionar sobre ello, sino también el género del serial-killer (y ahí tenemos a "Cure" para demostrarlo). Kurosawa transforma el uso del plano-secuencia, desde su utilización debido a las carencias de la producción, hasta conseguir plasmar a través de él, no solo la soledad o el vacío de sus protagonistas, sino también una sensación de inminencia, de apocalipsis cercano en el tiempo.

Los encuadres de "Kairo" se encuentran permanentemente vacíos, y casi siempre se basan en contraponer a la persona humana frente al elemento tecnológico, ya sea un ordenador, un móvil, una fábrica, o un centro recreativo. Sus personajes casi siempre están aislados, ya sea en su habitación o en un colectivo. Si es así, la incomunicación siempre está presente, apenas mantienen contacto visual y les cuesta articular palabra (3). El progreso es capaz de sesgar el elemento emocional y sustituir la comunicación por la soledad, convirtiendo al ser humano en un mero fantasma. El fantasma simplemente quiere hacer partícipe al ser humano de su condición, le advierte que ambos se están tocando con la punta de los dedos. Las formas que adquieren aquellos que mueren son opacas, sin apenas contornos, símbolo inequívoco de la falta de identidad que hay en sus vidas.

"Kairo" es pura metáfora, pero también es terror. "Kairo" advierte sobre un apocalipsis que ya está aquí y que afecta al mundo entero. Y es que todos sabemos que la realidad siempre termina superando a la ficción.

(1) Ya sabéis como son los japoneses con el tema del honor y la familia. Roba una lata de cerveza y casi hay que quemarlo en la hoguera..jeje.
(2) El personaje de Harada presenta no pocos nexos con el protagonista masculino de "Kazahana", prototipos de hombres japoneses que son incapaces de encontrar la felicidad.
(3) Que mejor plano ejemplifica este hecho que aquel en el que los tres amigos se encuentran en una cafetería. El grupo mantiene una conversación pero ninguno de ellos establece contacto visual con sus congéneres.

Un saludo

2 comentarios:

Nabasu_Jiru dijo...

Vaya, al menos te gusta kairo tanto como a mí después de putearme a Tora-san y a Asano Tadanobu... te borro de mi lista negra :P

Roberto A. O. dijo...

hombre, es que "Kairo" una obra maestra, de eso no hay dua ;P. Sobre Asano, no es que me parezca un mal actor ni mucho menos, simplemente creo que se le valora demasiado, que está algo corto de registros, y que realizar tantas películas no es nada bueno (que se lo digan a Jude Law el año pasado).

Saludos..jejeje