TM: En “Visitor Q” y “Family”, trabajó con el vídeo digital. ¿Se divirtió trabajando con este formato? ¿Fue algo distinto para usted? ¿Técnica o artísticamente?Estas dos películas fueron realizadas desde una aproximación algo distinta a la habitual. La intención original era distribuirlas a través del mercado del vídeo, para lo que se requiere un presupuesto muy bajo. “Visitor Q” manejaba un presupuesto de unos siete millones de yenes (sobre los 70.000 dólares) y se rodó en apenas una semana. Afortunadamente, ambas películas llegaron a las salas de cine, así que se puede decir que eran largometrajes para el cine, y no solo para el mercado del vídeo. Pero originalmente, se concibieron así, y esa es la causa de su bajísimo presupuesto.
De todos modos, mi caso es muy distinto al de “Bailar en la oscuridad” (Lars von Trier). Ellos se atrevieron a usar vídeo digital para hacer una película de gran presupuesto. Esta es la diferencia básica. En general, cuando se usa el vídeo digital, podemos captar un ambiente cotidiano, los aspectos más mundanos. Es como un trozo de la vida real. Pero en mi caso, no es que yo tenga la intención de rodar de ese modo, sino que no tengo el presupuesto suficiente para hacer algo más grande.
Me gustan los 35mm ampliados desde 16mm. No me gustan los 35mm en sí mismos. Supongo que depende de si una persona prefiere el pastel o la pintura al óleo, y para mí, rodar en 35mm hace muy complicado el conseguir el tipo de imagen que me gusta. He de considerar un gran número de aspectos para conseguirlo. Mientras que en vídeo digital, la imagen que consigo con ello no está muy lejos de lo que pretendo. Creo que el rollo ese de primera clase no es mi tipo precisamente. Tengo la impresión de que en el extranjero mis películas en 16mm gustan más que las que hago en 35mm. En particular aquellas que hago con un presupuesto muy bajo y con tiempo limitado.
TM: ¿Qué tipo de cámara usó para rodar “Family”? Usé una Sony VX 1000 que puedes comprar en cualquier tienda de electrónica.
TM: Me gustaría que habláramos sobre sus influencias. ¿Cuánto han influido en usted, aquellos cineastas para los que ha trabajado como asistente de dirección? Sería incapaz de decir que cosa aprendí de cada director con el que trabajé. Son todos muy distintos. Ser un director de cine, la forma de dirigir y de usar el presupuesto es diferente para cada uno de ellos. Pero en el fondo, todos realizan lo mismo, películas. Por otro lado, me gustaría deshacerme de las cosas que estudié en el set siendo un asistente. Eliminar las pautas que se deben seguir para realizar una buena película, o incluso las ideas de tener que rodar de una cierta manera para lograr un film “de verdad”.
Para Shohei Imamura, hacer una película era como un modo de vida. Él creó su propia productora y buscó el presupuesto de sus films a su manera, en vez de esperar que alguien se lo ofreciera. Esta determinación e independencia brillan cuando ves sus películas. Yo, por otro lado, hago la película que me ofrecen con el dinero de otra persona. Como estoy en esta situación, tengo que considerar cada elemento por separado a la hora de rodar un largometraje. Por ejemplo, si la escena que rodamos hoy aquí en Kyoto la hubiéramos hecho en Tokio, habríamos obtenido un resultado algo diferente.
KS: Hasta el momento, has dirigido las películas que te han ofrecido, incluyendo esas secuelas que no crees que se deban hacer. Pero ahora te estás haciendo famoso… No, no. No demasiado (risas).
KS: ¿Tienes alguna necesidad de cambiar tu actitud, como empezar a hacer las películas que realmente quieres? No. Incluso antes, nunca he hecho una película que no quisiera realizar. La cuestión es por qué rechazar una oferta que puede ser una oportunidad para ti. De esta forma, como no me planteo si tal proyecto encaja conmigo o no, no encuentro una razón para rechazarlo. Entonces, incluso cuando he dirigido muchas películas de yakuzas, y alguien me ofrece realizar otra, ¿Por qué he de pensar que un film de yakuzas debe ser distinto de una película romántica? En un largometraje de yakuzas también existe la posibilidad de crear una historia de amor. Hay tantos elementos que pueden caber en esta clase de películas; porque para un yakuza es posible tener una relación de amor puro
Mi postura es no rechazar ninguna oferta, pero sí que me planteo de forma cuidadosa como llevaré a cabo cada proyecto. Creo que hay dos tipos de director. El primero es aquel que se cuida mucho y elige el proyecto que encaje con él, el cual desea realizar, y lo dirige de manera muy precisa. El segundo hace una cosa tras la otra, y no tiene miedo de cambiar. Este tipo evoluciona de forma natural a medida que rueda una película tras otra. Yo pertenezco a esta segunda clase, pero no es mi intención trabajar tanto. De hecho, cuando era asistente de dirección, trabajaba tan duro que se convirtió en una rutina.
KS: ¿Así que no te importa tener un calendario tan apretado a la hora de rodar una película? Claro que es duro, pero una vez te acostumbras, tener más tiempo y más margen significa que puedes hacer mejor las cosas. Pero vamos, seguramente desperdiciaría tanto tiempo durmiendo o divirtiéndome (risas).
KS: ¿No crees que de seguir este ritmo de trabajo, puedas llegar a desgastarte pronto? No, y no es una cuestión de trabajar de forma rápida o lenta. Puede ocurrir que si trabajas de forma pausada, te puedas quemar también. Todo depende de la fuerza y la tensión. Por supuesto que un día, todos nos debilitaremos, eso hay que entenderlo y reconocerlo. Pero no pienso que trabajar tan duro me desgaste. Muchas personas me hacen la misma pregunta, así que debo ser consciente de ello. Esto me da una buena dosis de presión y de algún modo me motiva.
Tenemos que convertir las cosas negativas en positivas. Actualmente, en la industria del cine en Japón, siempre se dice que no tenemos suficiente dinero, o que la gente no irá a ver tus películas. Pero también podemos afrontarlo de forma positiva, pensando que si el público no irá al cine, podemos hacer las películas que queramos. Después de todo, no importa que clase de películas hagas ya que nunca será un éxito, así que podemos hacer algo atrevido o desafiante. Hay muchos actores y equipos con talento, pero la mayoría de largometrajes japoneses no son interesantes. Muchas de estas películas son hechas con la base de cómo debería ser una película japonesa. Algunos trabajos parecen buscar algo de riesgo y romper con estas expectativas, pero yo creo que deberíamos romperlas totalmente.
TM: ¿Cuánto te ha influido el cine de Seijun Suzuki? Su forma de dirigir tiene elementos en común con la tuya.De hecho no estoy muy familiarizado con sus películas. Yo simplemente entré en este mundo, no estudié cine. Cuando asistí a la Academia de las Artes Visuales de Yokohama (una escuela privada de cine creada por Shohei Imamura), entré porque no se realizaban ningún tipo de pruebas a los nuevos asistentes. En aquel momento no quería ser un adulto, no me apetecía trabajar y sabía que no iba a entrar en la universidad, así que fui allí. Además, vivía en Osaka e ir a Yokohama significaba que podía abandonar la casa de mis padres.
Pero sobre todo, mis influencias cinéfilas proceden de mi niñez, como las películas de Bruce Lee. No conocía mucho a Seijun Suzuki porque en mi generación ser un fan de sus obras quería decir que eras muy cinéfilo. Además sus películas eran muy difíciles de ver en los cines. Ahora es que he podido ver varias y me gustan, así que si piensas que tenemos cosas en común, eso me pone contento. Es que sus obras son muy particulares.
KS: Suzuki también fue un rebelde en aquel período. Me recuerda a usted.Umm. En aquella época, finales de los 60, principios de los 70, los estudios realizaban packs de películas. Es un sistema singular, donde ellos preparan tres largometrajes de tres directores diferentes en unos diez días, usando siempre el mismo set. Se seguía una jerarquía en importancia entre los directores, donde aquel con más categoría tenía que utilizar a un actor estrella y su película debía ser un éxito. La tercera película era la menos importante para el estudio, pero curiosamente terminaba siendo la más interesante de las tres, porque a nadie le importaba lo que hacía ese realizador.
Por ejemplo, los trabajos de Yukio Noda son mucho más interesantes que la mayoría de los films en la actualidad. Sus películas son muy contemporáneas. Pero en su momento, fueron escandalosas debido a lo inusual de sus propuestas. Quizás a directores como éstos no les importaba que los despidieran. Eran simples empleados y pertenecían al sindicato dentro de la compañía, así que era muy difícil que los estudios los despidieran. Esa era una razón por la cual podían hacer lo que quisieran.
¿Sería la cosa diferente si Seijun Suzuki fuera un joven recién llegado hoy en día? No lo sé. La industria en la actualidad se ha vuelto más y más conservadora. Incluso los directores independientes tienen tendencia a volverse conservadores. Cada vez más intentan complacer al público para minimizar el riesgo de un posible fracaso. Sus películas están hechas con oficio, como las de un buen estudiante. Ellos saben como hablar con sus productores. Al final, no despiertan el más mínimo interés.
TM: ¿Qué nos cuenta acerca de Bruce Lee? ¿Cómo te influyó?Cuando vi sus películas, en particular “Operación Dragón”, tenía unos 13 años. En aquel momento la economía de Japón estaba creciendo, pero el país no estaba tan abierto al resto del mundo. Yo vivía en Osaka y nunca vi a ningún extranjero. Bruce Lee no es un tipo guapo, ni siquiera un buen actor, él es bueno en la acción, pero esa acción es más heroica que bella. Con esas características él llegó a Hollywood y tuvo mucho éxito. Él tenía siempre el papel principal, a pesar de que la película era considerada como serie B. Este hecho me sorprendió y me pareció impresionante. Bruce Lee era asiático, pero molaba. Comprendí que no era una cuestión de donde vienes, sino de cómo eres.
Así que Bruce Lee tuvo una gran influencia sobre mi generación. Algunos de nosotros empezamos a estudiar karate por él. Él poseía un aura dramática, también porque falleció en el momento más álgido de su carrera. De esta manera, fue un ídolo tan carismático como pasajero.
KS: ¿Por qué te convertiste en director de cine? Porque no tenía otra opción. Yo soñaba con convertirme en un piloto de motorbikes porque me encantaban. Creo que cualquiera puede llegar a ser un realizador, sobre todo si tienes dinero. Incluso Haruki Kadokawa podría ser director. Convertirse en un músico famoso también es una buena manera de llegar a ser un director, y tienes a Takeshi Kitano, que se hizo famoso como comediante y luego se ha pasado a la dirección, y esta fama te da mucha libertad. Hay tantas formas de conseguirlo. Si usamos una escala de 1 a 10 para el talento, alguien con puntuación de 10 es un director con talento, pero alguien con puntuación de 1 también puede ser un director si tiene el talento suficiente para conseguir buenos contactos.
En las carreras de motorbikes, por ejemplo, el ganador siempre tiene un gran talento. Incluso si entrenamos mucho, no podremos derrotarle. Admiro a ese mundo. Pero yo no tuve esa oportunidad. Nunca pensé en convertirme en un director. Siempre creía que la profesión de un director de cine estaba hecha para gente inteligente (sic).
KS: Quizás el hecho de dirigir es una manera de conseguir que la adrenalina fluya, al igual que en una carrera de motorbikes.Es posible, pero a menudo me pongo muy nervioso porque no consigo encontrar la energía o la fuerza en mi interior. No es algo que uno pueda controlar. A veces te llega cuando escuchas tu canción favorita o cuando abro un libro, de repente. Suelo esperar esta clase de momentos. Creo en la naturaleza de las cosas.
Un saludo y espero que hayais conocido algo más a uno de los directores mas "personales" de la actualidad..jejeje