tag:blogger.com,1999:blog-123899512024-03-14T03:18:41.586+01:00R-O-S-E-B-U-D"Hay dos mundos muy distintos. Uno es el mundo de la realidad, y de ese no hace falta hablar, porque es evidente. Todos lo tiene ante sus ojos y jamás dejan de verlo aunque nosotros nos callemos. Pero hay otro mundo que nadie percibe si el artista guarda silencio. De ese es del que debemos hablarle a la gente".(Oscar Wilde)Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.comBlogger260125tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-67930506390813062182010-05-21T00:19:00.002+02:002010-05-21T00:30:24.351+02:00Inteligencia Artificial<span style="font-weight: bold;font-size:130%;" ><span style="font-weight: bold;"><span style="font-weight: bold;"><center><br /><img src="http://img687.imageshack.us/img687/4756/24063009.jpg" /></center></span></span><br /></span><div style="text-align: center;"><a href="http://www.miradas.net/2010/05/estudios/inteligencia-artificial.html"><span style="font-weight: bold;font-size:130%;" >TEXTO EN MIRADAS DE CINE</span></a><br /></div><span style="font-weight: bold;font-size:130%;" ><br />Vendrán lluvias suaves</span><br /><br /><div style="text-align: right;"><span style="font-style: italic;">La casa era un altar con diez mil acólitos, grandes, pequeños, serviciales, atentos, en coros. Pero los dioses habían desaparecido y los ritos continuaban insensatos e inútiles.</span><br />(Crónicas Marcianas)<br /></div><br /><div style="text-align: justify;">Al final de los tiempos, solo quedó David. Estertor último de la raza humana, modelo robótico sobre el que reconstruir la memoria de una especie que fracasó como fracasan las empresas que pretenden levantarse por encima de sus límites. La agonía del triunfo comenzó con el verano del cohete. Lo palpitante era retar a la máquina de la vida, y convertirse en un moderno Ícaro que abrazara un Sol mecánico. Ylla era una madre que sólo ansiaba perpetuar el legado de un hijo perdido, y saciar una necesidad truncada. Aquella noche de verano, los hombres de la Tierra le entregaron el amor incondicional de un Pinocho con tripas de metal.<br />Mientras, Steven Spielberg se convertía en el último contribuyente de una generación que decidía matar al padre, aunque fuera la madre la que terminara apartando al hijo (no) deseado. Fue entonces cuando éste se unió a la tercera expedición, extraños de sí mismos, para recorrer la huida hacia el corazón de los suyos. Y los colonos de una tierra que sería para ellos, temerosos de la suplantación de su propio legado, les dieron caza con la Luna como testigo de las atrocidades de un pasado que siempre es presente.<br /><br />La búsqueda del creador equivale al reencuentro del hombre con Dios, y el tomar consciencia que en el fondo no somos únicos. La elección de los nombres no es más que una pre-medida que busca la diferencia en el interior de lo homogéneo. Por ello resulta arduo discernir entre elección, destino, aprendizaje e innatismo. Como Marcus Wright, cuyo trayecto al conocimiento es una hoja de ruta genética que le conduce a Skynet y a la muerte de John Connor.<br /><br />Usher II es Coney Island reconvertida en vertedero de cultura pop que será popular pero también legendaria. Un parque de atracciones que es tienda de equipajes para aquellos que viven abrazados al recuerdo de lo que fueron o al deseo de lo que querrían ser. Un lugar tan fuera de temporada como este cuento de hadas futurista que hunde sus raíces en los surcos más profundos del ser humano.<br /><br />Los largos años pasaron, y los pueblos se fueron apagando hasta convertirse en marcianos autistas, en holografías extraídas de restos congelados. Los de antes ocuparon su lugar dejando de ser observadores para convertirse en protagonistas de una Historia que empezaron a escribir desde los fósiles mecánicos del pasado.<br /><br />David y Wall-E tomaron asiento frente a un inmenso lago. Convertidos ellos en marcianos de una Tierra que nunca les perteneció, se miraron mutuamente mientras preparaban un suculento picnic de un millón de años.<br /><br /><div style="text-align: right; font-style: italic;">Vendrán lluvias suaves y olores de la tierra, / y golondrinas que girarán con brillante sonido; / y ranas que cantarán de noche en los estanques / y ciruelos de tembloroso blanco, / y petirrojos que vestirán plumas de fuego / y silbarán en los alambres de las cercas; / y nadie sabrá nada de la guerra, a nadie / le interesará que haya terminado. / A nadie le importará, ni a los pájaros ni a los árboles, / si la humanidad se destruye totalmente; / y la misma primavera, al despertarse al alba / apenas sabrá que hemos desaparecido.<br /></div><br />Pero cuando todos hayamos desaparecido, Inteligencia Artificial permanecerá como una obra de arte intemporal, tan ingenua, emotiva y profunda como el cálido abrazo de una madre. Para quién quiera, alguna vez, en algún momento, simplemente apreciarla.<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-30807683060018112522010-01-21T20:27:00.002+01:002010-01-21T20:30:50.030+01:00La herencia Valdemar en CINE365<center><img src="http://img163.imageshack.us/img163/5886/laherenciavaldemarfinal.jpg" /><br /><br /><div style="text-align: left;">Aquí os dejo el <a href="http://www.cine365.com/critica/melodrama-pulp">ENLACE </a>al texto sobre <span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">La herencia Valdemar</span></span> para Cine365, una producción española de terror que pintaba no muy bien y resulta que no está mal. Hay que acogerla con mimos y ojos de género, eso sí.<br /><br />Saludos<br /><br /></div></center>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-68042105034549484862010-01-20T11:12:00.002+01:002010-01-21T20:48:49.753+01:00Yuki & Nina<center><img src="http://img200.imageshack.us/img200/7904/yukik.jpg" /></center><br /><div style="text-align: justify;">Aquí os dejo un texto que debía haber correspondido a Diciembre, sobre esta joya de Nobuhiro Suwa e Hippolyte Girardot.<br /></div><br /><div style="text-align: center;"><a href="http://www.miradas.net/2010/01/actualidad/yuki-nina.html"><span style="font-weight: bold;font-size:180%;" >TEXTO EN MIRADAS DE CINE</span></a><br /></div><br /><span style="font-weight: bold;">APRENDER A SENTIR</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">Puestos a buscar culpables, yo culpo al cine. Lo culpo por no asumir la responsabilidad de ser la más significativa herramienta pedagógica de nuestro siglo (y del siguiente), por no aprovechar todo su potencial didáctico, por haberse conformado con los estereotipos y los lugares comunes; culpo al cine porque siendo el producto vicario clave para tantas y nuevas generaciones, no las ha enseñado más que a fabricar sueños rotos y utopías imposibles.<br /><br />El cine ha sido honesto porque le ha dado al espectador lo que éste ha requerido. Digamos que ha sustraído la vida de la ficción porque nadie está interesado en ella. Y sobre todo, ha ocultado esos fotogramas que realmente enseñan a vivir. No es este un tema baladí; hay generaciones que han crecido a través de heurísticos cinematográficos que han conseguido borrar situaciones cotidianas y sus inevitables consecuencias. Sojuzgado por sus creadores para convertirse en una máquina de evasión, el cine se ha olvidado de la vida y nos ha enseñado que hay experiencias que no ocurren en la realidad y que hay tramos vitales que se suceden en diez fotogramas al ritmo de Simon & Garfunkel. En definitiva, que algunas vivencias se han hecho tan lejanas que uno ya desconoce cómo experimentarlas.<br /><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Nobuhiro Suwa</span><br /><br />Más allá de sus influencias culturales y cinematográficas, el cine del japonés Nobuhiro Suwa ha difuminado las fronteras y se ha encargado de explorar esas zonas vitales <span style="font-style: italic;">invisibles</span>. Nos ha demostrado que la existencia tiene otro ritmo, que los sentimientos tienen un cauce distinto, y que la música nos acompaña en momentos puntuales pero no fagocita el dolor. El cine de Nobuhiro Suwa nos recuerda que la vida se vive en plano fijo —con un algún travelling, por si acaso—, que el montaje no nos hace desaparecer más que cuando le damos a la espalda a la persona que queremos, y que los efectos especiales son fruto de conexiones sinápticas que se activan cuando nos enamoramos.<br /><br />Suwa no se ejercita en el hastío como Antonioni ni escarba en el dolor como Cassavetes, no aspira al azar cotidiano como Rohmer ni se empecina en el falso realismo de Guerín. Su cine hinca los dientes en la realidad para transportarla <span style="font-style: italic;">a lo bruto</span>, para continuar allí donde otros la esquivan por evitar que el espectador desista en su mirada. Porque no hay escena más cruel en <span style="font-style: italic;">Yuki & Nina </span>(2009) que aquella en la que los padres de Yuki discuten para abandonar la mesa y dejar a su hija sola en el encuadre, intrigada ante una interacción que no alcanza a comprender o inmutable ante un conflicto que ya ha normalizado. Porque <span style="font-style: italic;">MO/ther</span> (1999) es la película que mejor desentraña los celos, la rabia, la envidia y demás sentimientos negativos que se agazapan tras una estructura familiar. Y porque <span style="font-style: italic;">Un couple parfait </span>(2007) es el progresivo desmoronamiento de una pareja hasta llegar a aquello que jamás pensaron que podrían decirse. Nobuhiro Suwa es, por tanto, un artista empeñado en hacer visible aquello que no queremos ver. Como David Cronenberg, Jia Zhang-ke, Jan Svankmajer, Mel Gibson, Takashi Miike o Jean Eustache.<br /><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Yuki & Nina</span><br /><br />En <span style="font-style: italic;">Yuki & Nina</span>, Suwa persiste en su disección del microcosmos familiar, relatando los efectos colaterales que ciertos actos provocan en otros miembros de ésta. La perplejidad de los menores ante decisiones que no pueden concebir. La dificultad de los padres para hacer extensivo a sus hijos los motivos de una separación. La voluntad de la infancia por dar vida a lo que ya está podrido. Y la fantasía como espacio de resolución de conflictos y como travesía de superación personal. Para ello no tiene miedo en hurgar en las heridas cotidianas, evitando caer en los paradigmas ficcionales del dolor y en el sensacionalismo del tópico.<br /><br />Porque cuando Suwa y Girardot dejan la cámara quieta, cuando mantienen el plano esperando que sus personajes den un paso más allá, enseñando aquello que el cine se ha empeñado en ocultar, es entonces cuando la vida se revela ante nosotros y su arte cobra una relevancia única. Es entonces cuando uno se olvida de la cámara, aparta el <span style="font-style: italic;">decoupage</span>, relega a los actores, y simplemente aprende. Porque cada vez resulta más y más difícil encontrar una película que enseñe sin moralizar, que opine sin sentar cátedra, que muestre sin juzgar. En definitiva, agradezcamos la existencia de una película como <span style="font-style: italic;">Yuki & Nina </span>porque se trata de una maravillosa obra para aprender a sentir.<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-29700360568024056322010-01-11T14:55:00.005+01:002010-01-20T12:54:21.638+01:00Capitalismo: una historia de amor<center><img src="http://img189.imageshack.us/img189/2774/capitalismoamorb.jpg" /></center><br />Este mes, Michael Moore por partida doble:<br /><br />1) <a href="http://www.cine365.com/critica/american-dream">Texto en CINE365</a><br /><br />2) <a href="http://www.miradas.net/2010/01/actualidad/capitalismo-una-historia-de-amor.html">Texto en Miradas de Cine<br /></a><br /><div style="text-align: center; font-weight: bold;">UN CUENTO DE NAVIDAD<br /></div><br /><div style="text-align: justify;">De todas las relecturas del famoso cuento de Dickens que cada año nos invaden, posiblemente sea una no estrenada como <span style="font-style: italic;">An American Carol </span>(David Zucker, 2008) la más malévola e inteligente. En ella, su protagonista, un Michael Moore que pretende acabar con el 4 de Julio, es visitado por tres personalidades históricas norteamericanas –John F. Kennedy, el General Patton, y George Washington- para que tome conciencia de la importancia de las contiendas armadas y cómo a través de ellas se ha consolidado la democracia y el espíritu yanqui. La broma orquestada por Zucker, de una notable ambigüedad política, arremete contra el modelo izquierdoso al mismo tiempo que deja en evidencia –dado su carácter abiertamente paródico– a los colectivos más reaccionarios. Un film de una tremenda acritud que finaliza con un Michael Moore rodando en Monument Valley, como si quisiera emular a un John Ford a la hora de glorificar el denostado<span style="font-style: italic;"> american way of life</span>.<br /><br />No sabemos si Michael Moore ha tomado nota del largometraje de Zucker, pero su último trabajo parece partir de una necesidad <span style="font-style: italic;">oliverstoniana </span>de redimirse y congraciarse con su propia idiosincrasia patriótica. La coyuntura sociopolítica no puede ser más ideal: la aguda crisis económica dando la mano al advenimiento del mesías negro. El objetivo: el cuestionamiento del devenir económico desde la administración Reagan y su relación con el idealismo norteamericano. ¿El trasfondo? Carece de importancia. Supongo que a estas alturas de la película entrar en discusiones acerca de la intenciones de Moore es un tema baladí, porque una vez liberados del decrépito ejercicio de crítico de inferencia, solo queda un documental y el lugar que este ocupa en el mundo. Y en el caso de los trabajos de Moore, un lugar más que destacable.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Capitalismo social</span><br /><br />Porque exigirle criterio o rigor a un personaje como Michael Moore, sería como pedírselo a las tertulias sobre política que entre noticia rosa y crónica negra trufan todo programa matutino que se precie. Tertulias donde participan supuestos expertos en lanzarse los trastos a la cabeza, donde el insulto suma share y el análisis queda invalido por los sms que indican quien mola más en la mesa. Algo parecido ocurre con los documentales de Moore, cuyo grado de histerismo es inversamente proporcional al de investigación. Desde que se convirtiera en paladín de la clase obrera y cruzado de las causas proletarias, el cine de Moore ya no puede aspirar a una compleja explicación de lo real. Su objetivo es enardecer conciencias colectivas, excitar a la masa, y tener suerte que alguien se anime a explorar lo que hay detrás y adquiera <span style="font-style: italic;">La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre</span> (Ed. Paidós, 2007), escrito por Naomi Klein. Un cine que llega, hipótesis que desde otro prisma jamás adquirirían su necesaria cuota social, y es aquí donde radica su importancia y desde donde puede ser interpretado.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Capitalismo visual</span><br /><br />Con<span style="font-style: italic;"> Capitalismo: una historia de amor</span>, Moore perfecciona su gramática visual. Si hablamos de Lisandro Alonso, Naomi Kawase, o Isaki Lacuesta como ejemplos de contaminación entre los lenguajes de la ficción y el documental, Michael Moore no debería quedarse atrás. Amparado en su visión populosa de la realidad, Moore utiliza con habilidad las herramientas que posee y dramatiza todo lo necesario para epatar. Abre su película con un paralelismo entre la Antigua Roma y los Estados Unidos para conectarlo con una tensa grabación amateur de una familia que va a ser desahuciada. Monta materiales de archivo como si se tratase de un albañil del<span style="font-style: italic;"> found footage</span>, ficcionaliza hasta límites caricaturescos diversos conflictos sociales, tergiversa datos y coreografía secuencias musicales que acompañen sus reflexiones. Moore barre las fronteras entre la realidad y la ficción, transmutándose en un Frank Capra del documental y divulgando un mensaje de esperanza, un <span style="font-style: italic;">New Deal</span> actualizado que no por manipulado carece de emoción y de intensidad. Más que nunca, Moore busca en la ficción esos ingredientes que le permitan inyectar más dramaturgia a los testimonios reales que empapan sus películas, y así abordar un terreno de hiperrealidad que le conceda un mayor impacto.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Capitalismo familiar</span><br /><br />Perdonen por el inciso personal, pero creo que viene a cuento. Hace unos días viajaba en un tren de cercanías cualquiera con destino al trabajo. A mí alrededor tomó asiento una familia: un pequeño prepúber de apenas ocho años de edad se colocó frente a un servidor equipado con una Nintendo DS. A su lado, su hermana adolescente conversaba con la madre de ambos. Pues bien, apenas transcurridos cinco minutos, el chaval entregó la consola a su madre mientras extrajo de un bolsillo otra consola portátil, en este caso la PSP. No terminó ni una partida al Pro Evolution Soccer cuando devolvió el aparato a su madre para pedirle, en esta ocasión, un brillante iPod Nano. Diez minutos más tarde el tren llegaba a su destino. Después de contemplar esta estampa –y haber desechado un posible diagnóstico de TDAH- uno podría preguntarse si no estamos echando siempre balones fuera; si en el fondo no estamos criando a jóvenes capitalistas escudándonos en la sociedad del bienestar. Si esos niños no serán los magnates insatisfechos del mañana, en pos de una infelicidad material perpetua.<br /><br />Y también podríamos preguntarnos qué cola se muerde la pescadilla o qué gallina puso el primer huevo. Es posible, o puede que no valga para nada. Lo que sí es posible es que cada uno aprenda a asumir la cuota de responsabilidad que le toca. Porque la culpa no siempre viene equipada con corbata, maneja un Mac y se embadurna de gomina. La culpa es de un sistema social que formamos todos y cada uno de nosotros. Algo que Michael Moore también debería recordar de vez en cuando por mucho que <span style="font-style: italic;">Capitalismo: una historia de amor</span> sea una película muy divertida.<br /><br />Saludos<br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-26656971898519474842009-12-22T11:35:00.000+01:002009-12-22T11:38:53.138+01:00Debutando en CINE 365<center><img src="http://img705.imageshack.us/img705/2572/fama600.jpg" /></center><br /><span style="font-size:130%;">Este mes debuto en <a href="http://www.cine365.com/inicio">CINE 365</a>, una web de actualidad con un texto sobre el </span><span style="font-style: italic;font-size:130%;" >remake </span><span style="font-size:130%;">de todo un clásico, <span style="font-style: italic;">FAMA</span>.<br /><br />Os dejo <a href="http://www.cine365.com/critica/una-de-exitos-y-otras-de-fracasos">el enlace</a>.<br /><br />Saludos<br /><br /></span>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-47165060012563554372009-12-21T11:37:00.002+01:002009-12-21T11:42:52.769+01:00El reportero: La leyenda de Ron Burgundy<center><img src="http://img705.imageshack.us/img705/2208/anchorman.jpg" /></center><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic;">No olvidamos las cuentas pendientes con la NCA, y proseguimos presentando una obra clave para entenderla.</span><br /></div><br /><div style="text-align: center; font-weight: bold;">Hacia un nuevo paradigma de la comedia<br /></div><br /><div style="text-align: justify;">Erigida sobre los materiales de la sátira del mundillo periodístico y la caspa audiovisual, <span style="font-style: italic;">El reportero</span> (<span style="font-style: italic;">Anchorman</span>. Adam McKay, 2004) es un extraño objeto cinematográfico compendio de muchas cosas, y al mismo tiempo inicio de tantas otras. No obstante, no vamos a elaborar aquí un resumen historiográfico de su importancia. Para eso ya está IMdb. Nuestra labor consiste en saquear sus imágenes y sacar a la luz los ingredientes que la han convertido en paradigma de una nueva forma de entender la comedia y en epítome de un movimiento fílmico pleno de vigencia, la Nueva Comedia Americana.<br /><br />En primer lugar,<span style="font-style: italic;"> El reportero</span> es una ficción muy libre; libertad entendida como apropiación de códigos sin atenerse a los mismos. Construcción dramática de una trama que, respetando el desarrollo tradicional de la misma, es violentada constantemente. El trabajo de Adam McKay es similar al de Richard Kelly en <span style="font-style: italic;">The Box</span> (2009) o al de M. Night Shyamalan en <span style="font-style: italic;">El incidente</span> (<span style="font-style: italic;">The Happening</span>, 2008): parten de estructuras que abren y cierran según lo establecido, pero cuya hoja de ruta sacude al espectador al conducirlo por territorios indómitos sin la ayuda de un GPS. Solo que McKay ejerce su rebeldía desde la comedia fracturando la trama mediante el trabajo con el <span style="font-style: italic;">sketch</span>, sin que su uso sea el de una herramienta explicativa de la ficción, sino que pueda ser independiente de la misma. Adam McKay sería algo así como un DJ de la comedia que persigue una coherencia humorística –el montaje de las escenas así como la improvisación dentro de las mismas encuentra su sentido en la provocación de la risa-, a diferencia de la estructura fílmica convencional, que busca una coherencia más dramática.<br /><br />Por ello resulta chocante que se cuestionen ciertas formas de acceder a esta libertad. A raíz del estreno de <span style="font-style: italic;">Pagafantas </span>(Borja Cobeaga, 2009) y desde las páginas de Cahiers du Cinema España, se afirmaba lo siguiente: <span style="font-style: italic;">“Para los que defiendan la particularidad de lo cinematográfico, Pagafantas adolecerá de muchos de los vicios televisivos: un guión filmado mediante una vaga planificación que sólo pretende mostrar la acción, una inexistente puesta en escena y un funcional montaje (de nuevo al servicio de que todo se vea)”</span>. Porque de corroborar dichas palabras se deduce que, no sólo se pretende jerarquizar la riqueza intrínseca al lenguaje audiovisual –en este caso lavando la ropa sucia bajo la tercera persona del plural- sino suponer que ciertas herramientas carecen de validez cinematográfica. ¿Podría aplicarse lo mismo en el caso de <span style="font-style: italic;">El reportero</span>? Sí, si tenemos en cuenta que la película adopta una gramática visual eminentemente televisiva procedente del Saturday Night Live –con el añadido de unos decorados falsos que persiguen la interactividad-, que la planificación hace hincapié en la improvisación del gag, y que el montaje no es funcional, sino que prioriza a los actores y a sus movimientos. Pero todo ello adquiere sentido dentro de una intención: integrar el <span style="font-style: italic;">sketch</span> televisivo en un formato cinematográfico, dando como resultado un rompecabezas de piezas/secuencias/<span style="font-style: italic;">sketches</span> intercambiables entre sí que no desfiguran la ficción porque siempre la conducen al mismo sitio: al humor. De ahí que la carrera posterior del propio McKay, finiquitando una supuesta trilogía sobre el idiota norteamericano, nunca alcanzó la frescura, la espontaneidad y la insolencia (formal) de <span style="font-style: italic;">El reportero</span>, en parte por acogotarse ante remedos más formularios.<br /><br />¿Y qué más? <span style="font-style: italic;">El reportero </span>recicla el ya mítico tema de la “guerra de sexos” propio de las comedias clásicas de Preston Sturges –aunque se la sude quien gane-, pasándolo por el tapiz de un <span style="font-style: italic;">Mad Men </span>desnaturalizado –la integración de la mujer en un universo de hombres-, mientras coloca la piedra angular del discurso de la NCA: la involución masculina hacia estados regresivos propios de la infancia, con un Will Ferrell en el rol que más disfruta, estancado en la fase narcisística del desarrollo y meándose en cualquier tiesto. Si <span style="font-style: italic;">Gangs of New York</span> (Martin Scorsese, 2002) nos decía que América se forjó en las calles, Adam McKay va un poco más allá cuando afirma que los que detentan el poder y la comunicación siguen viviendo en la guardería.<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-68922258749508865272009-11-16T14:15:00.002+01:002009-11-16T14:19:34.818+01:00Teniente Corrupto<center><img src="http://img7.imageshack.us/img7/6788/badlieutenantorleanspos.jpg" /></center><br /><div style="text-align: center; font-weight: bold;"><span style="font-size:130%;"><a href="http://www.miradas.net/2009/11/estudios/el-teniente-corrupto.html">TEXTO EN MIRADAS DE CINE</a><br /></span></div><br /><div style="text-align: justify;">Muy a su manera, Werner Herzog es un cineasta distópico. Quizás no en un sentido <span style="font-style: italic;">fantacientífico</span>, pero sí desde una óptica naturista. Y lo es porque Herzog es un paisajista enamorado de un mundo imaginario en el que la naturaleza reinstaure una hegemonía que el progreso y la tecnología han abolido. Como si se tratase de un Caspar David Friedrich armado con una cámara de cine, Herzog es algo así como un romántico de la barbarie que en sus lienzos en scope destierra al hombre a ser un mero espectador, una pieza minúscula dentro de un entramado donde el paisaje, el entorno natural, es magnificado hasta engullir todo lo demás.<br /><br />Desde sus inicios, el cine de Werner Herzog ha optado por resituar al hombre, por recolocarlo dentro de otro orden de las cosas, por privarle de ser el centro de atención de la ficción, y por lo tanto, de la vida. Por ello, el realizador alemán ha dotado a sus protagonistas de un halo demente, desclasado y desfasado, ajenos a las leyes de la civilización, y en perpetua busca de una nueva identidad primigenia. La locura, en su cine, es una herramienta de insurrección para aquel que no desea someterse a un sistema impúdico y clasista. Así, Herzog se ha alejado progresivamente de los entornos urbanos para alcanzar, en obras como <span style="font-style: italic;">The Wild Blue Yonder</span> (2005) o <span style="font-style: italic;">Encuentros en el fin del mundo </span>(<span style="font-style: italic;">Encounters at the End of the World</span>, 2007)), una particular cosmovisión donde el ser humano es una forma de vida más, microscópica y casi invisible ante el imparable y mayestático devenir del universo .<br /><br /><span style="font-style: italic;">Teniente Corrupto</span> (<span style="font-style: italic;">Bad Lieutenant: Port Call of New Orleans</span>, 2009), su solipsista <span style="font-style: italic;">remake </span>del film de Abel Ferrara, se abre con un elocuente prólogo donde una serpiente sacada de <span style="font-style: italic;">Cobra Verde</span> (1987) se desliza por un escenario asolado por una catástrofe, la Nueva Orleans post-Katrina, hasta llegar a una celda donde un reo lucha por escapar. La cita es doble: el primitivo universo <span style="font-style: italic;">herzogiano </span>acechando nuevamente al civismo, y la Naturaleza tomando el control del género policíaco. Nada puede detener su avance, podría afirmar Herzog, ni siquiera la ficción. Y el largometraje, no obstante, bascula sobre la figura de un ensimismado Nicolas Cage –ese teniente corrupto-, el producto de un sistema que deambula zarandeado por seísmos que no puede controlar. Herzog toma distancia, observa desde fuera -¿los planos subjetivos de los lagartos?-, y convierte a todos los actos de sus protagonistas en acciones que destilan una torpe incomprensión, que a su vez dota a la narración de una comicidad diríase abyecta, de un tono alucinado ante decisiones que la Naturaleza es incapaz de responder. De ahí que a diferencia de la película de Ferrara, atravesada por una moral férrea y plenamente humana, la obra de Herzog describa los comportamientos como simples actos (chocantes), derivados de una especie que no encuentra su lugar en ese nuevo entorno. En el fondo, si Ferrara realiza una película personal y del ahora, Herzog termina filmando un obra global sin precedentes, con la dificultad de partir de un género cerrado y al mismo tiempo desprovista de más grandilocuencias que ver a un alma bailando break.<br /><br />En un mundo donde la Naturaleza ha oficializado su presencia, el hombre no posee el control porque ya no puede ejercitar sus reglas. Sólo puede convertirse en testigo, en simple espectador de un nuevo orden, un orden caótico y ajeno a explicaciones racionales/humanas, pero quizás más justo, más equilibrado, o a lo mejor más loco en su manera de reordenar la realidad. Un nuevo mundo donde uno debe sentarse a esperar el siguiente corrimiento, abandonar toda lógica, y fundirse con el medio. Werner Herzog, desde el corazón de la industria, desde las pelucas de Nicolas Cage y las curvas de Eva Mendes, saquea la moral, se ríe de Ferrara, y certifica su particular venganza contra el Mundo, contra la Humanidad y contra el cine que esa Humanidad ha parido en este Mundo. Eso, y utilizar la ficción como último recurso del loco que no puede derribar el orden establecido.<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-6381993753721677612009-11-11T22:04:00.000+01:002009-11-11T22:14:44.503+01:00Pack Bizarro<center><img src="http://img26.imageshack.us/img26/510/ichithekillere.jpg" /></center><br /><div style="text-align: center;"><a href="http://www.miradas.net/2009/11/media/pack-bizarro.html"><span style="font-weight: bold;font-size:130%;" >TEXTO EN MIRADAS DE CINE</span></a><br /></div><br /><div style="text-align: justify;">La salida a la venta hace escasas fechas del Pack Bizarro, editado por Avalon, es capaz de provocar una apacible mezcla entre agradecimiento, homenaje y elegía. Agradecimiento por la posibilidad de adquirir en un mismo pack cuatro obras importantes del fantástico oriental moderno. Homenaje porque estas cuatro películas consiguieron impulsar la vertiente más popular de una cinematografía que se relanzó con fuerza en el nuevo milenio. Y elegía por la sensación de no continuidad, o al menos de desaceleración manifiesta, de ausencia de un legado sólido en la senda que dichas obras marcaron en su momento. Cierto es que no nos encontramos ante los títulos de siempre, ante los <span style="font-style: italic;">Ringu </span>o <span style="font-style: italic;">Ju-On</span> de turno, pero sí ante trabajos que si bien no marginales, sí gozan de la aureola de culto, y que desde sus respectivas habitaciones han marcado directrices a seguir. Hoy en día, con el cine de género francés ocupando las portadas de los fanzines y copando las programaciones de los festivales especializados, quizás sea buen momento para revisar esa cierta tendencia del fantástico oriental instaurada a principios del milenio.<br /><br />Convertido en realizador de culto dada su ingente producción V-Cinema y sus delirios exploitation, y actualmente inclinándose hacia el mainstream más iracundo –ahí están ejemplos como <span style="font-style: italic;">Yatterman </span>o el díptico <span style="font-style: italic;">Crows Zero</span>- Takashi Miike ha sido uno de los cineastas fundamentales de la nueva ola de cine extremo nipón. <span style="font-style: italic;">Ichi the Killer</span>, incluida en el Pack Bizarro, puede leerse como el <span style="font-style: italic;">Hana-bi </span>de Kitano, es decir, su obra definitiva y sin vuelta atrás sobre el <span style="font-style: italic;">yakuza-eiga</span>, donde lleva más allá del límite todos los elementos disfuncionales incluidos en sus anteriores acercamientos al género. Miike, que antes de trasgredir ya había practicado un cierto respeto hacia el género –la trilogía <span style="font-style: italic;">Young Thugs</span>-, se embarca en la detonación absoluta del cine de <span style="font-style: italic;">yakuzas</span>, lleva a cabo un ejercicio deconstructivo de un posmodernismo arrollador, que hace añicos las aportaciones más subversivas de Seijun Suzuki o Yasuzo Masumura. Porque I<span style="font-style: italic;">chi the Killer</span> es un film al mismo tiempo hiperrealista y fantástico, desnudo y grandguignoleso, grotesco y romántico en su acepción más trasgresora: atroz en la construcción de la violencia y esperpéntico en su resolución. O al igual que su incorregible protagonista, Kakihara, <span style="font-style: italic;">Ichi the Killer</span> absorbe el humo de sus precedentes por la boca y lo expulsa a través de inexplicables orificios temáticos.<br /><br />A diferencia de la cinematografía nipona, siempre activa pese a funcionar comercialmente a ráfagas, Corea del Sur ejemplifica la burbujeante y tintineante evolución del mercado asiático. En lo mejor, abasteció de briosos referentes a la producción genérica; en lo peor, engrosó listas acumulativas de tópicos deslucidos. En lo mejor encontramos dos propuestas que forman parte de este pack: por un lado, <span style="font-style: italic;">Salvar el Planeta Tierra</span> es, con total seguridad, una de las películas más inclasificables que, <span style="font-style: italic;">sotto voce</span>, nos ha legado la industria surcoreana. Como si se tratase de una versión bizarra de <span style="font-style: italic;">La muerte y la doncella</span>, Jang Joon-Hwan construye un heterodoxo thriller a ras de sangre pero con hechuras finales de índole metafísica, sobre un desclasado que busca su lugar en el mundo mediante el secuestro y la tortura de un alto ejecutivo al que cree un alienígena. Su inicio, abiertamente cómico, da lugar a la crónica social y más tarde bascula hacia el <span style="font-style: italic;">horror vacui</span>, en uno de esos <span style="font-style: italic;">melting pot</span> genéricos que tan bien han cultivado recientemente los autores coreanos. Por otro lado, 2 Hermanas pertenece a otro corpúsculo de la industria coreana. Su base es la reinterpretación del <span style="font-style: italic;">kaidan eiga</span> nipón mediante un estilizamiento de sus formas. En esta ocasión, Kim Jee-Woon, virtuoso que ha hecho del eclecticismo temático y el lustre visual sus mejores herramientas, retoma un cuento tradicional del folklore coreano y lo actualiza pertinentemente, elaborando una parábola sobre los lazos familiares pero enriqueciéndola con matices psicopatológicos.<br /><br />Finalmente, la obra con menos entidad de las presentadas en el pack procede de una industria tan dispersa como la hongkonesa. <span style="font-style: italic;">Inner Senses</span>, dirigida por Lo Chi-Leung, es un clásico relato de fantasmas en la línea de lo trabajado por los Pang Brothers. Mezcla lo atávico con lo racional, y no pierde de vista la abrumadora arquitectura del país que ha crecido siempre escindido entre dos valores. Una película que también sirve como despedida cinematográfica de Leslie Cheung, que se suicidó poco después.<br /><br />Saludos<br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-21301411826392327572009-11-07T02:29:00.002+01:002009-11-07T02:35:31.679+01:00Adventureland<center><img src="http://img254.imageshack.us/img254/2994/adventurelandposter.jpg" /></center><br /><div style="text-align: right;"><div style="text-align: center;"><a href="http://www.miradas.net/2009/11/actualidad/criticas/adventureland.html"><span style="font-weight: bold;font-size:130%;" >TEXTO EN MIRADAS DE CINE</span></a><br /></div><br />James: “<span style="font-style: italic;">He sido un idiota</span>”<br />Em: “<span style="font-style: italic;">No, la idiota he sido yo</span>”<br /><br /></div><div style="text-align: justify;">En algún momento hemos de asumir que nuestras vidas pueden resumirse en una suma de clichés. Ya lo hizo mi compañero y amigo Manuel Ortega en el primer párrafo de su texto sobre la última de Isabel Coixet, y yo he de reconocer que mi vida últimamente se asemeja bastante a una tragicomedia <span style="font-style: italic;">indie</span>. Quizás por ello me veo identificado en sus arquetipos, sonrío con sus amores, suspiro con sus desdichas, y me regodeo en sus problemas. Incluso esa estética medio <span style="font-style: italic;">lo-fi</span> medio<span style="font-style: italic;"> high definition</span> puede adecuarse a lo que mis nuevas gafas de pasta me transmiten de la realidad. De buen rollo escucho a The Wave Pictures, en las transiciones vitales doy un repaso a Yo La Tengo, y de bajona me da por Magnolia Electric. Co, Lambchop, o cualquier grupo folk que admita tendencias depresógenas. Vamos, que la BSO de cualquier película salida de Sundance puede describir perfectamente este momento vital, del mismo modo que el gangsta rap definió mi época de adolescente solitario, emigrante descreído, y empollón en la sombra. Supongo que a los 40 y cuando me echen del curro, revisaré <span style="font-style: italic;">Los lunes al sol </span>(Fernando León de Aranoa, 2002) y me pasaré a la canción protesta. No es el caso. Y el caso es que ser consciente de ese cliché es agradecido por lo que tiene de sátira, de irónica afrenta personal, e incluso para relativizar situaciones, y sobre todo, emociones. Porque está muy bien ponerse el tema de Joy Division de turno, actualizar el estado de Facebook, escribir desde la emoción, invocar a Bergman, montarse cada uno sus historias y construirse sus clichés, pero luego hay que salir a la calle, hacer las cosas, limitar las dosis de melodrama, afrontar los problemas con madurez y dejar la ficción para lo que vale, es decir, para rellenar espacios y dar un poco de color a la realidad. Y llorando, ojo, que no es incompatible.<br /><br />El caso es que tanto <span style="font-style: italic;">Adventureland </span>(Greg Mottola, 2009), como <span style="font-style: italic;">Supersalidos </span>(<span style="font-style: italic;">Superbad</span>, 2007), al convertirse en retazos del pasado, en arquetipos cinematográficos de un tiempo (vital) que ya pasó, logran activar esas huellas memorísticas que facilitan y provocan la identificación, y por tanto, la emoción. Greg Mottola, como Richard Linklater, parece erigirse en cronista generacional, en un arquitecto de momentos vitales, en un fabulador de esas etapas que, mejor o peor, todos hemos compartido. Lo consigue, al igual que Linklater, partiendo de relatos cuyo centro de gravedad, pese a tener un marcado carácter localista, logra trascender el contexto y apelar al mínimo común múltiplo emocional mediante la escenificación de sentimientos universales.<br /><br />James —el protagonista de <span style="font-style: italic;">Adventureland</span>— es un chico especial, aunque no lo sepa. Y no lo sabe porque nadie se lo ha dicho nunca. Porque sus amigos viven en un universo que él ha dejado atrás para adentrarse en otro que también desconoce por lo que tiene de inexplorado. No lo sabe porque sus padres comparten una realidad ajena a sus inquietudes, a sus miedos, a sus objetivos. Em —la protagonista de <span style="font-style: italic;">Adventureland</span>— también es una persona especial, aunque no haga más que intentar negarlo con sus actos. Por mucho que intente reducirse al estereotipo de postadolescente rebelde y de hijastra incomprendida imbuida en una falsa madurez, Em es mucho más (distinta) de lo que cree. James conoce a Em; Em conoce a James, y entre ambos ocurre algo que sólo ocurre cuando dos personas realmente especiales chocan entre sí: un complejo alud, una ingente cascada de sentimientos, pensamientos, y sensaciones físicas cuya punta de lanza son cuatro miradas de soslayo entre los seis cristales de un coche al calor de Jack Johnson, perdón, de Lou Reed.<br /><br />James y Em saben que no comparten el mismo momento, saben que el verano significa algo diferente para cada uno, y eso los separa. James quiere perpetuar lo que Em pretende negar. Uno busca confirmar lo que la otra insiste en desmontar. Y ambos recorren un trayecto hacia un nuevo estadío. <span style="font-style: italic;">Adventureland</span>, por tanto, y a diferencia de <span style="font-style: italic;">Supersalidos</span>, no es la crónica del fin de una época, sino un relato sobre el descubrimiento personal, sobre la maduración y la aceptación de lo que somos y hemos sido, en definitiva, una colisión frontal contra uno mismo de la que emerge el <span style="font-style: italic;">insight </span>que nos conduce a un nuevo Yo. <span style="font-style: italic;">Adventureland </span>nos cuenta qué ocurre cuando es el otro quién pulsa esas teclas que nos hacen ser mejores, que nos obligan a crecer y a sacar lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros, a través del amor, del dolor, de la ilusión o la decepción. Por eso duele que Mottola sortee, sabemos que necesariamente, esos otros trayectos imaginarios de sus protagonistas: la duda o el arrepentimiento; trayectos que dibujarían a James no como un simple enamorado, sino como una persona que puede dudar de lo que está sintiendo porque nunca lo ha experimentado antes.<br /><br /><span style="font-style: italic;">«Tú sabías que aquello no saldría bien, y aún así te metiste de lleno. Ahora no hay un lugar donde puedas estar suficientemente lejos»</span>. Esto lo canta Quique González en su último disco —que es el único que conozco, para ser honestos—. Hay amores que nos impiden ver más allá, y <span style="font-style: italic;">Adventureland</span>, como diario de un amor verdadero, así lo refleja. No obstante, James no es un tipo cualquiera. El sentimiento lo empuja, pero no lo ciega. O lo ciega lo suficiente como para no ver lo que quiere obviar, porque no puede aceptarlo. De ahí que James, al igual que el protagonista de <span style="font-style: italic;">500 días juntos</span> (<span style="font-style: italic;">500 Days of Summer</span>. Marc Webb, 2009) representen un rol idealizado, profundamente individual, del milagro amoroso. Y al convertirse en crónica de ese enamoramiento, Mottola lo describe como un hecho fugaz, como efímeros momentos de complicidad, de ahí que sus imágenes den la impresión de deslizarse constantemente entre nuestros dedos. Erigida sobre tópicos no tan tópicos, sobre instantes irrepetibles que forjan una relación, <span style="font-style: italic;">Adventureland </span>es, en el mejor de los fondos, una película construida sobre el recuerdo, sobre la memoria, que no son más que clichés tergiversados de momentos que resumen lo mejor, o lo más significativo de cualquier proceso de nuestra existencia.<br /><br />Y como buen trozo de ficción, tomemos de ella aquello que necesitemos, y luego dejémosla estar, sin convertirla en resumen de nada porque no es sino cliché de todo. Como este texto, y como ese relato. Así que lee, enfádate, llora, ríe y piensa un poco. Porque la realidad transcurre ahí fuera esperando el siguiente movimiento para empujarnos hacia delante o echarnos definitivamente a un lado. Y porque James y yo no nos hemos evaporado. Más bien seguimos estando ahí.<br /><br /></div><div style="text-align: right;">James: “<span style="font-style: italic;">Are we doing this?</span>”<br />Em: “<span style="font-style: italic;">Yeah, I think we are</span>”<br /><br /><div style="text-align: left;">Saludos<br /><br /></div></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-41993738837062478402009-09-15T10:15:00.002+02:002009-09-15T10:26:49.352+02:00San Valentín Sangriento 3D<center><img src="http://img183.imageshack.us/img183/6118/mybloodyvalentine3dver2.jpg" /></center><br /><div style="text-align: center;"><a href="http://www.miradas.net/2009/09/actualidad/san-valentin-sangriento-3d.html"><span style="font-weight: bold;font-size:130%;" >TEXTO EN MIRADAS</span></a><br /></div><br /><div style="text-align: justify;">Resulta complicado pensar que una propuesta tan interesante e inteligente en su aparente zafiedad como <span style="font-style: italic;">San Valentín sangriento 3D</span> pueda saltarse la etiqueta de primera película que inaugura las novísimas y remozadas tres dimensiones dentro del género del terror, si no tenemos en cuenta a la truculenta <span style="font-style: italic;">Scar </span>(Jed Weintrob, 2007), aún sin fecha de estreno. Y lo es porque al erigirse como una novedad dentro de la novedad —lo cual también le ha venido de perlas a este sencillo film de cara a su exitoso recorrido por la taquilla norteamericana— parece que sus virtudes (que las tiene, y muchas) se han visto deslucidas por su crematística adhesión al nuevo formato. Cosas que pasan, Patrick, porque hay que estar en lo bueno y en lo malo. Supongo que antaño, obras como <span style="font-style: italic;">Los crímenes del museo de cera</span> (<span style="font-style: italic;">House of Wax</span>. Andre De Coth, 1953) también tuvieron que hacer frente a dicho estigma, aunque hoy su valor sea bien distinto y su lectura haya sido ampliada.<br /><br />Pero sí, este remake perpetrado por el todo-terreno Patrick Lussier se apunta al carro de las 3D y en su acepción más básica, en un intento por apuntalar el efectismo y devolver al terror su faceta más <span style="font-style: italic;">grandguiñolesca</span>, grosera y visceral. Es cierto que, como afirman Antonio José Navarro y Raúl Acín en sendas críticas de Dirigido Por (nº 392, Septiembre 2009), apenas se aprecia un mínimo de innovación en la propuesta sino que «solamente se busca el efecto» lo cual, evidentemente, deviene en una apuesta estupenda por lo que tiene de experiencia lúdica. Y lo es también porque<span style="font-style: italic;"> San Valentín sangriento 3D</span> debe cumplir con la deshonesta y suicida misión de limpiar el camino, convirtiéndose en un film mártir cuyo objetivo pasa por inmolarse para explorar si estas formas pueden ser perpetuadas y optimizadas de cara al futuro. Digamos que en el largometraje de Lussier —como en <span style="font-style: italic;">Los crímenes de museo de cera</span>, versión De Toth— la interactividad que se pretende conseguir mediante el formato 3D obliga, no sólo a saltarse una cierta ortodoxia fílmica, logrando de este modo que el género respire y no caiga en la estereotipia formal, sino a introducir considerables variaciones estéticas y de montaje que abastecen de oxígeno a las agotadas estructuras del mainstream. Que ello tenga o no resonancia y continuidad dependerá entonces de la respuesta de una audiencia que, por ahora, reclama nuevos vientos que le aferren a las salas de cine en pleno <span style="font-style: italic;">run for cover</span> al hogar de la alta definición y el home cinema.<br /><br />Volviendo a <span style="font-style: italic;">San Valentín Sangriento 3D</span>, es obligatorio resaltar dichas novedades que le otorgan una agradecida soltura. En primer lugar, el regocijo en las 3D incita al morboso ensimismamiento en la imagen abyecta: durante el prólogo, la cabeza de una joven es seccionada de boca para abajo por una pala, mientras que el cráneo se desliza lentamente <span style="font-style: italic;">hacia nosotros</span> gracias al trabajado efecto digital, potenciando la sensación de repulsa y alimentando la sádica delectación del público por el cráneo cercenado. Pero hay más, gracias al (todavía) primitivo empleo de las 3D, <span style="font-style: italic;">San Valentín Sangriento 3D</span> nos recuerda la importancia del plano sostenido dentro del género en su vertiente más comercial, demasiado anclado en las herramientas del montaje espasmódico y del corte y pega sonoro, como lo demuestra la secuencia en la que uno de los veteranos trabajadores de la mina recorre la pantalla con su rifle intimidando a la audiencia. Y además, escenas como la del hostigamiento de dos jóvenes por parte del maníaco en un supermercado, validan el consistente uso de las 3D como herramienta de suspense a través del trabajo con la profundidad de campo —pese a la pérdida de nitidez—, un poco a la manera de la utilización que de ella hizo Alfred Hitchcock en <span style="font-style: italic;">Crimen perfecto</span> (<span style="font-style: italic;">Dial M for a Murder</span>, 1954).<br /><br />Pero no contentos con elevar el grado de demencia y disfrute mediante el empleo de las nuevas tecnología, lo relevante de la proposición radica en que Patrick Lussier y sus guionistas, conscientes que el aparatoso andamiaje 3D tiene como propósito el convertir a la película en un carrusel de efectismos, construyen la narración invocando el distraído espíritu del <span style="font-style: italic;">whodunit</span>, con la intención de reforzar esa sensación de divertimento. Así, la narrativa del largometraje está plagada de pistas ilusorias, de lugares (no) comunes, de falsos culpables, y de detalles engañosos —la insinuada relación entre el policía negro y la venta de la mina— que permiten al público entrar en el juego que proponen sus creadores. Porque a diferencia de las intenciones del remake dirigido por Marcus Nispel —<span style="font-style: italic;">Viernes 13 </span>(<span style="font-style: italic;">Friday the 13th</span>, 2009), un film ensayo aparentemente tonto pero en el fondo muy cínico sobre como los personajes han pasado de arquetipos a carnaza de bucle cinematográfico, la película de Lussier se erige en homenaje a la inocencia en clave macabra y al disfrute retro: un <span style="font-style: italic;">revival </span>del <span style="font-style: italic;">slasher </span>ochentero en su más pura extensión.<br /></div><br /><span style="font-weight: bold;">Más allá del 3D</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">No obstante, y conectando con lo expresado en el primer párrafo de este texto, el valor como largometraje de <span style="font-style: italic;">San Valentín Sangriento 3D</span> se sitúa muy por encima de su faceta efectista y juguetona, de su impúdica recuperación de las constantes de un particular subgénero. Así, la supuesta vuelta a las andadas del minero homicida de nombre Harry Warden en pleno día de San Valentín se revela pronto como excusa, o como instigador, de las miserias de un diáfano <span style="font-style: italic;">small town</span> —salido de una ilustración de Norman Rockwell (sic) — que pretende recoger la ilusoria herencia de un americana de Henry King o Jacques Tourneur para pervertirla a base de sangre y vísceras. Y es que las lagunas argumentales y la resolución aparentemente ridícula de la trama con desglose risible en formato <span style="font-style: italic;">flashback</span>, conceden al film una inaudita multiplicidad de lecturas para una película de estas características.<br /><br />La necesidad de desembarazarse del pasado, la endogamia en todas sus vertientes como germen a exterminar para promover el desarrollo, la culpa no trabajada, la insatisfacción vital, el rencor por lo que me hiciste o me dejaste de hacer, la elección de un camino que termina en punto muerto o en carreteras demasiado secundarias; en definitiva, un puñado de sentimientos desviados, un montonazo de odios reprimidos por el peso de unos años que no hacen más que cultivarlo en el patio trasero de nuestra alma, y el terror como campo de batalla, como territorio físico (y mítico) donde resolver unos conflictos por la vía que más duele, que no se cura, pero que menos exige. Como en <span style="font-style: italic;">Anticristo </span>(<span style="font-style: italic;">Antichrist</span>, 2009) donde Lars Von Trier demuestra una vez más que lo artístico ya no radica en quién lo crea, sino en quien lo recibe, por si no le quedaba claro al ramplón admirador del canon.<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-16705207105192845332009-07-27T21:37:00.002+02:002009-07-27T21:54:46.096+02:00Brüno<center><img src="http://img89.imageshack.us/img89/2425/brunoz.jpg" /></center><br /><div style="text-align: center;"><a href="http://www.miradas.net/2009/07/actualidad/criticas/bruno.html"><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">TEXTO EN MIRADAS</span></span></a><br /></div><br /><div style="text-align: justify;">Además de poseer una extraordinaria vis cómica —ejemplificada en su particular habilidad para la mimesis y su capacidad para la réplica aguda—, y de estar bien dotado para convertirse en el perfecto <span style="font-style: italic;">entertainer</span>, Sacha Baron Cohen ha demostrado tener vocación de especialista en <span style="font-style: italic;">marketing</span>. No hay dudas, es un tipo listo. Tan listo que ha logrado reciclarse de cara al gran público y volver a vender su producto presentado en un <span style="font-style: italic;">digipack </span>doble con funda en relieve y libreto de análisis incluido. Atrás quedaron los tiempos del dvd5 y la caja de plástico a secas de <span style="font-style: italic;">Ali G anda suelto</span> (<span style="font-style: italic;">Ali G Indahouse</span>. Mark Mylod, 2002), porque Baron Cohen advirtió que ese ruta ya estaba tomada y algunos la asfaltaban mejor que él.<br /><br />Así, recogió su humor grosero, zafio y provocador y decidió mezclarlo con el documental —o mejor dicho, cine de no ficción—, las bromas de cámara oculta, y la sátira de diversos tópicos de la sociedad norteamericana. Dio forma a un género nuevo —ni siquiera la saga <span style="font-style: italic;">Jackass</span>, que es solamente una cita a pie de página, puede igualarlo—, y consiguió, gracias a la supuesta subversión sociológica (perdón por la cacofonía) de las situaciones, que hasta un cierto sector más intelectual se tragara sus chiste de pedos, penes, y mariquitas. Y al mismo tiempo, reelaboró la arquetípica trama del <span style="font-style: italic;">intruso</span>, es decir la de esa figura que penetrando en una sociedad, remueve sus cimientos y deja en evidencia su podrida arquitectura. En definitiva, Baron Cohen le coló un gol al humor buscándole una coartada, o logró que el humor le metiera un gol a quienes han menospreciado sus especimenes más básicos.<br /><br />Con <span style="font-style: italic;">Brüno </span>(Larry Charles, 2009), Baron Cohen presenta formalmente a un muy homosexual presentador austriaco aspirante a formar parte del <span style="font-style: italic;">star system</span> de Hollywood. Retoma así la senda del<span style="font-style: italic;"> John Doe</span> extranjero que busca la integración mientras es humillado, y termina siendo redimido a través de una catarsis social. Porque como en el caso de Borat, el reportero kazako, Brüno es un inadaptado que lleva al límite ciertas normas sociales que son puestas en evidencia por su salvaje primitivismo. Pero hay más: dada su faceta de <span style="font-style: italic;">locaza</span>, Brüno es un estupendo ejemplo de cómo ciertos arquetipos deben permanecer siendo arquetipos. Sobre todo en su gloriosa primera mitad —la segunda no deja de ser un Borat 2 cambiando a los personajes—, <span style="font-style: italic;">Brüno </span>pone de relieve la restricción categorial a la que somete la sociedad a sus estereotipos. La magnífica secuencia en la que Brüno presenta un trailer de su show frente a un grupo de productores ejemplifica de manera cristalina este hecho. La trasgresión de algunos patrones sólo se permite hasta un cierto punto, hasta un límite consensuado en el que todos nos encontremos cómodos, porque de superarlo podría producir grietas y dudas que la sociedad no desea consentir. Un no consentimiento que conduce a una progresiva estratificación mediática, y al mantenimiento de tópicos, en este caso, el homosexual – ¿a alguien le suena el Día del Orgullo Gay? -, que facilitan su integración por parte de la masa. Brüno, al igual que una particular tendencia del humor, supone en cierto modo la pastilla roja del Matrix contemporáneo.<br /><br />Pablo Vázquez y un servidor firmábamos hace escasos meses un decálogo que resumía diez reglas con las que enfrentarse a una buena parte de ese movimiento que viene a llamarse “Nueva Comedia Americana”. En su primer mandamiento hacíamos hincapié en la necesidad de que el gag pudiera liberarse y ser simplemente gag. Podríamos apostar que a Sacha Baron Cohen sólo le importa el humor, aunque tenga que disimularlo bajo capas y capas de maquillaje sociológico. De ahí que los gags funcionen en su plenitud una vez se retuercen del continente, cuando sólo vemos a un hombre enfrentado a otro que está armado con dos penes de goma, o cuando alguien simula practicar una mamada a una estrella de la música difunta en plena sesión de espiritismo. Seamos honestos, tanto <span style="font-style: italic;">Borat </span>(Larry Charles, 2006) como Brüno son películas (de humor) bajo sospecha porque a Baron Cohen no le hace falta que le rían las gracias políticas, ni tiene que venir a desmontar aquello que ya está desmontado, porque únicamente los mediocres se escudan en obviedades colectivas cuando sólo quieren llamar la atención y no tienen nada que vender. Y no lo necesita porque Sacha Baron Cohen está ungido con un don: el de convertir la regla en excepción reventando en mil pedazos el lustroso escaparate de nuestra moral burguesa y judeocristiana.<br /></div><br />SaludosRoberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-13265744717174872032009-07-16T03:13:00.002+02:002009-07-16T03:26:32.349+02:00Le llaman Bodhi<center><img src="http://img194.imageshack.us/img194/9395/bodhi.jpg" /></center><br /><div style="text-align: center;"><a href="http://www.miradas.net/2009/07/estudios/le-llaman-bodhi.html"><span style="font-weight: bold;"><span style="font-size:130%;">TEXTO EN MIRADAS</span></span></a><br /></div><br /><div style="text-align: justify;">El mar, la montaña, el bosque o el desierto, son entornos donde realmente se ponen a prueba nuestros principios, nuestros dogmas, nuestras inquietudes. La naturaleza, maximizada, alejada del constreñimiento de las grandes urbes, liberada de compartimentos estancos en los centros comerciales de turno, consigue materializarse en figuras que excavan en nuestro interior, juzgando aquellas bases que creíamos sólidas. Bodhi, con su cuerpo viril, su pose furtiva, su ágil verbigracia y su mentalidad temeraria, es una de esas encarnaciones <span style="font-style: italic;">puras </span>de la naturaleza, instituida para cuestionar los frágiles principios que sostienen nuestro ciclo vital. Bodhi es ese elemento imaginario que nos pregunta cada noche si nuestro camino ya está escrito o si queremos escribirlo nosotros. Bodhi podría ser un Kabat-Zinn o un Martin Seligman si éstos fuesen rubios, tuviesen melena, y compaginaran el <span style="font-style: italic;">surf </span>con los atracos. Bodhi y su banda representan el amor <span style="font-style: italic;">fou </span>por una vida al límite que no tiene que ser mejor, pero que es elegida. Y Johnny somos todos.<br /><br /><span style="font-style: italic;">Le llaman Bodhi</span> (<span style="font-style: italic;">Point Break</span>. Kathryn Bigelow, 1991), pese a su hálito <span style="font-style: italic;">cool </span>y esos filtros visuales tan propios (y horteras) de la fotografía al límite de los ’90, no es solamente una macho—movie tonta y espídica, sino que funciona en ocasiones como si uno estuviera leyendo un cruce entre una novela <span style="font-style: italic;">pulp </span>de surferos y un manual de autoayuda. <span style="font-style: italic;">Pulp </span>condensado y exprimido en una trama que bebe de una mítica inagotable, la de un único yo escindido en dos figuras que se miran y se reconocen como una misma, la de un espejo que se rompe y se recompone a ambos lados de la ley, la de un ADN que se ha deshecho en la progesterona de los rasgos afeminados de Keanu Reeves y la testosterona del rostro homínido de Patrick Swayze. Mítica que va desde <span style="font-style: italic;">La casa de bambú </span>(<span style="font-style: italic;">House of Bamboo</span>. Samuel Fuller, 1955) hasta <span style="font-style: italic;">Heat</span> (Michael Mann, 1995), y que se desplaza fuera del actioner o del noir a terrenos impensables como los de <span style="font-style: italic;">Old Joy </span>(Kelly Reichardt, 2006) o <span style="font-style: italic;">Gerry </span>(Gus Van Sant, 2002). Es decir, hombres que quieren ser otros sin dejar de ser ellos mismos. Mítica que ya ha legado al cine sus propios iconos <span style="font-style: italic;">pop </span>en esas máscaras de Ex-presidentes que siguen robando desde su retiro.<br /><br />En su epílogo, Johnny termina localizando a Bodhi en una ignota playa de Australia, frente a una ola que no es otra cosa que la ansiada libertad. En el fondo, ya sabemos que Johnny no busca a Bodhi, sino que se busca a sí mismo para confirmar que ya no quiere seguir siendo lo que otros le dijeron que tenía que ser. Johnny necesita buscar fuera <span style="font-style: italic;">eso </span>que no puede realizar por sí sólo, porque la voluntad de cambio a menudo requiere un estímulo, una chispa que la encienda. Johnny se golpea a sí mismo porque la catarsis implica dolor. Unas esposas que se ponen y se quitan, una muerte al ralentí en el interior de un útero de agua: poética que es sentida y no cómo los dos primeros párrafos de la entrevista a Gus Van Sant del número de Julio-Agosto 2009 de Cahiers España. Y Johnny lanza al agua su chapa de policía, en un gesto que remite a Harry Callahan. Dónde antes se exponía la decepción frente a unos estamentos civiles que ya no nos protegen, ahora solo encontramos la decepción ante una vida que no nos brinda la posibilidad de escoger. De los sintomáticos años ’70 a los patológicos años ‘90. Reivindicación social frente a reivindicación del Yo. De las manifestaciones a los libros de autoayuda. Y el mar como testigo permanente de esos cambios que a todos nos modulan.<br /></div><br />SaludosRoberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-45486534611083281342009-06-10T11:43:00.003+02:002009-06-10T11:54:06.568+02:00Villains (1)<div style="text-align: justify;">Dos villanos encapsulados en el tiempo, zombificados en su espacio, y condenados a vagar eternamente por una misión estéril.<br /></div><br /><center><img src="http://img257.imageshack.us/img257/6050/barbosap.jpg" /></center><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;">Piratas del Caribe (Gore Verbinski, 2003)</span><br /></div><br /><center><img src="http://img257.imageshack.us/img257/7595/startreknero.jpg" /></center><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;">Star Trek (J. J. Abrams, 2009)</span><br /></div><br />SaludosRoberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-54287845492657620132009-04-30T13:01:00.000+02:002009-04-30T13:02:43.020+02:00Increíble.....Gracias Pablo.<br /><br /><object width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/kZWM5xCQ2fc&hl=es&fs=1"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/kZWM5xCQ2fc&hl=es&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="425" height="344"></embed></object><br /><br />SaludosRoberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-14296376492176912102009-04-13T18:11:00.002+02:002009-04-13T18:24:06.259+02:00MIRADAS- Abril: Nueva Comedia Americana (1ª Parte)<center><img src="http://img237.imageshack.us/img237/9837/freddy1.jpg" /><br /><br /><div style="text-align: justify;">Pues sí, lo conseguimos. En el número de Abril de <a href="http://www.miradas.net/">Miradas de Cine</a>, tenemos la primera parte del especial <a style="font-style: italic; font-weight: bold;" href="http://www.miradas.net/2009/04/estudios/nca.html">NCA: Esto No Es Otro Estúpido Estudio De Comedia Americana</a>, coordinado por el gran Pablo Vázquez y un servidor. Incluimos un par de textos generales, cinco autores seminales y 16 películas de la primera hornada. El resultado es brioso, y prometemos que la segunda parte será tan o más suculenta que ésta. Espero que lo disfrutéis porque ya iba siendo hora.<br /><br />No obstante, si no te va el tema, siempre puedes leer una <a href="http://www.miradas.net/2009/04/media/entrevista-pedro-costa.html">entrevista con Pedro Costa</a>, un avance de lo último de <a href="http://www.miradas.net/2009/04/media/el-hombre-de-londres.html">Bela Tarr</a>, una reivindicación de <a href="http://www.miradas.net/2009/04/actualidad/los-abrazos-rotos.html">Almódovar</a>, una panorámica sobre el fundamental <a href="http://www.miradas.net/2009/04/actualidad/reportaje-arnaud-desplechin.html">Arnaud Desplechin</a>, o una crítica que no te puedes perder: Diego Salgado y un <a href="http://www.miradas.net/2009/04/actualidad/criticas/senales-del-futuro.html">texto</a> donde Chejov y Pío Baroja le dan la mano a Alex Proyas y Nicolas Cage. Como veis, es lo que tiene ser <span style="font-style: italic;">mainstream</span>...<br /><br />Saludos<br /><br /></div></center>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-71691734264363348802009-04-10T03:28:00.007+02:002009-04-10T04:10:02.733+02:00Los abrazos rotos: Yo, yo mismo y Penélope<div style="text-align: justify;"><br /><center><img src="http://img7.imageshack.us/img7/8755/losabrazosrotos.jpg" /></center><br />Viendo <span style="font-style: italic;">Los abrazos rotos</span> era incapaz de sacarme de la cabeza el otro gran film onanista de la temporada, <span style="font-style: italic;">The Spirit</span> de Frank Miller. Ambos proyectos nacen como fruto del personalísimo talento de dos creadores refugiados en sus sendos palacios de cristal, ajenos a cualquier corriente u opinión externa. Dos obras producto del embriagamiento artístico y de una cierta autarquía creativa que se deslizan peligrosamente por el hilo de lo vergonzoso y lo genial. Y es que cuando la realidad te da la espalda o simplemente no te interesa, deja que la ficción lave tus heridas...y tanto Miller como Almódovar han decidido jugarse las cartas y dejar que la representación hable por ellos, que ella misma siga construyendo una falsa imagen, un falso doble que ha engullido al Yo real.<br /><br />No es nada nuevo en el caso del manchego, ebrio de su propio talento, cronista de su tiempo y prestidigitador del nuestro. Almódovar hace tiempo que dejó de mirar hacia adelante, se escondió en su habitación rodeado de dvd's de Rossellini, Malle, Lang o Hitchcock, y tiró la llave. Perfeccionó su estilo y negó al resto. Su lucha es análoga a la de Seijun Suzuki: manierismo por depuración; elección que también le honra por lo que tiene de negación del presente, en un gesto que tiene más de tozudez que de incapacidad (recordemos a Avati, por ejemplo). Así, <span style="font-style: italic;">Los abrazos rotos</span> es una película tan impostada, tan artificial, que su leit-motiv dramático se sostiene sobre la destrucción/tergiversación de una película. El daño está en la obra, y la vida depende de la representación. El cine no puede explicar la vida (aunque lo intente), pero quiero que así sea...y si no es así, prefiero vivir en el cine y terminar una película aunque no siga con mi vida. <span style="font-style: italic;"><br /><br /></span>Honestamente,<span style="font-style: italic;"> </span>he disfrutado de<span style="font-style: italic;"> Los abrazos rotos</span>. Y lo hecho porque se trata de un cine tan démode que sólo puede ser disfrutado desde la suspensión incrédula de sus partes, como si esa cebolla tuviera todas sus capas, como si uno no supiera cuando termina la comedia y empieza el drama o viceversa. Porque sus intenciones no pueden ser más anacrónicas en lo que tienen de exorcismo personal. Al fin y al cabo, <span style="font-style: italic;">Los abrazos rotos </span>remite a esa obsesión tan antigua y visceral del artista por colmar en la ficción sus deseos, aunque lo haga de manera aparentemente tan críptica (con ese juego de máscaras) que en el fondo es previsible y evidente en su supuesta alegoría. No lo olvidemos, <span style="font-style: italic;">Los abrazos rotos</span> es la película en la que Almódovar lo hace con Penélope, y la pierde porque entiende que jamás podrá estar con ella...y entonces la embalsama en el montaje.<br /><br />Y <span style="font-style: italic;">The Spirit</span> es un truño.<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-35632332186499655292009-04-01T01:06:00.004+02:002009-04-01T01:10:30.922+02:00Habemus crítica<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_XhX13zK_uyo/SdI87zTn2PI/AAAAAAAABOI/ehAtOVMvubw/s1600/dirigido%2B388.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 168px; height: 227px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_XhX13zK_uyo/SdI87zTn2PI/AAAAAAAABOI/ehAtOVMvubw/s1600/dirigido%2B388.jpg" alt="" border="0" /></a><br />Este mes...una sorpresa de las buenas: <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Señales del Futuro</span>, lo nuevo de Alex Proyas.<br /><br />SaludosRoberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-9252236161933465362009-03-18T12:13:00.002+01:002009-03-18T12:16:58.414+01:00Vuelve (uno de) nuestro(s) coreano(s) favorito(s)Park Chan-wook regresa con vampirismo, catolicismo....¿y venganza espiritual?<br /><br /><object width="480" height="295"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/qNNv9n4pZ5g&hl=es&fs=1"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/qNNv9n4pZ5g&hl=es&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="295"></embed></object><br /><br />Saludos<br /><br />PD: Siento la ausencia de actualizaciones, está complicado.Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-73254558036299303092009-02-23T13:45:00.000+01:002009-02-23T13:46:19.303+01:00Killin' nazis<center><img src="http://www.miradas.net/mdc/resources/2009/02/nazis00.jpg" /></center><br /><div style="text-align: justify;">En un breve lapso de tiempo han aterrizado en las carteleras un puñado de largometrajes que recuperan abiertamente el contexto del nazismo. Mientras obras como <em>Valkiria</em>, <em>El lector</em>, o <em>Good</em> vuelven una vez más al pasado histórico para revisarlo, otras como <em>La ola</em> resucitan el fantasma de la ideología fascista desde una perspectiva actual. ¿A qué se debe, entonces, este retorno al totalitarismo? La respuesta…o un intento de ésta, <a href="http://www.miradas.net/2009/02/actualidad/killin-nazis.html"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">a continuación</span></a>.<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-90523709373824538652009-02-19T01:49:00.008+01:002009-02-19T02:26:05.732+01:00James Gunn mola<div style="text-align: justify;">Que el tipo que rodó <span style="font-style: italic;">Slither </span>siga sin proyecto oficial, vagando de proyecto en proyecto, dice mucho del estado de las cosas. Así que mientras tanto nos tenemos que conformar con sus rarezas producidas desde la periferia pero con mucha intención. En primer lugar, su aportación al proyecto colectivo "<span style="font-style: italic;">Masters of Horrors Take On Comedy</span>", junto a otros ídolos (de nosotros) como James Wan, Leigh Whannell, Lucky McKee, Marcus Nispel o David Slade. Gunn mezcla fraternidades, guarrillas, estética pop y punk luminoso con simios-humanos en <span style="font-style: italic;">Humanzee!</span><br /><br /><object width="480" height="295"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/Toorv4AwIJw&hl=es&fs=1"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/Toorv4AwIJw&hl=es&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="295"></embed></object><br /><br />En segundo lugar, y a la manera de lo que ha hecho otro friki de cuidado como Joss Whedon con su <span style="font-style: italic;">Dr. Horrible's Sing-Along</span>, Gunn deconstruye (y satiriza) el mundo del porno en formato casero tomando a estrellas como Belladona, Sasha Grey o Jenna Haze y situándolas en hilarantes simulacros de carne pero sin penetraciones. El resultado <span style="font-style: italic;">PG Porn: For People who love everything about porn</span>, <span style="font-style: italic;">except the sex</span>. Aunque sus primeros segmentos que juntan al Michael Rosenbaum de <span style="font-style: italic;">Smallville </span>con Belladona no tienen desperdicio, yo me quedo con su último capítulo,<span style="font-style: italic;"> Squeal Happy Whores</span>.<br /><br /><embed src="http://www.spike.com/efp" quality="high" bgcolor="000000" name="efp" type="application/x-shockwave-flash" pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer" flashvars="flvbaseclip=3114762" allowfullscreen="true" width="320" align="middle" height="240"></embed> <div style="padding: 3px 0pt; font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 12px; background-color: rgb(0, 0, 0); width: 448px; color: rgb(255, 255, 255);"><a href="http://www.spike.com/video/pg-porn-squeal-happy/3114762" style="color: rgb(255, 204, 53); margin-left: 5px;">PG PORN: Squeal Happy Whores</a> | <a href="http://www.spike.com/channel/girls" style="color: rgb(255, 204, 53);">Girls</a> | <a href="http://www.spike.com/" style="color: rgb(255, 204, 53);">SPIKE.com</a></div><br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-44127725598954189592009-02-10T12:06:00.002+01:002009-02-10T12:12:05.734+01:00Recuerdos<object width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/5XtP0T3uiME&hl=es&fs=1"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/5XtP0T3uiME&hl=es&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="425" height="344"></embed></object><br /><br />Cuando el reflejo es total, no hay nada más que hacer.<br /><br />SaludosRoberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-25946010903671002112009-02-07T23:21:00.001+01:002009-02-07T23:24:43.364+01:00Guess who's back<center><img src="http://4.bp.blogspot.com/_XhX13zK_uyo/SYNNqe95cqI/AAAAAAAABMU/p-gJQuRGGwQ/s1600/dirigido%2B386.jpg" /></center><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;">Candidata al poder</span>...dentro del D<span style="font-style: italic;">ossier de Cine Político USA</span>.<br /></div><br />SaludosRoberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-32394039920135889172009-02-04T13:54:00.003+01:002009-02-04T14:13:45.267+01:00¿Y SI.....<center><br /><img src="http://img516.imageshack.us/img516/3995/wrestlerposter000cq8.jpg" /></center><br /><div style="text-align: justify;">....<span style="font-style: italic;">The Wrestler</span> es la primera película "anti-Obama", por perserverar en el camino del dolor, de la agonía, del pundonor reaccionario?<br /><br />....<span style="font-style: italic;">The Wrestler</span> es, por el contrario, el discurso que solo puede recitar la <span style="font-style: italic;">otra </span>América para apoyar el "<span style="font-style: italic;">Yes, We Can</span>"?<br /><br />....<span style="font-style: italic;">The Wrestler</span> es una deconstrucción del icono pop, del mismo modo que Ford destronó el icono clásico con su "Centauros.."?<br /><br />....<span style="font-style: italic;">The Wrestler</span> es una revisión <span style="font-style: italic;">westerniana </span>de la amistad masculina, como solo Howard Hawks podía entregarnos?<br /><br />....<span style="font-style: italic;">The Wrestler</span> es una reinterpretación <span style="font-style: italic;">hardcore </span>del mito americano?<br /><br />....dejamos de decir que <span style="font-style: italic;">The Wrestler</span> es una película <span style="font-style: italic;">indie</span>, porque se trata simplemente del gran relato redentor parapetado tras algunas herramientas formales de la periferia fílmica?<br /><br />....por fin consideramos a Aronofsky como uno de los grandes cineastas del dolor?<br /><br />...te gustó <span style="font-style: italic;">The Wrestler</span> y aborreciste<span style="font-style: italic;"> La fuente de la vida</span>? Pues entonces revisa las dos porque son la misma película.<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-61673070471720018642009-01-20T11:49:00.004+01:002009-02-01T19:25:11.963+01:00The Best (in MIRADAS)<center><img src="http://img214.imageshack.us/img214/6554/hancockphohokz7.jpg/" /></center><br /><div style="text-align: justify;">El mundo se acaba pero uno sigue sintiendo. Y el <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/elincidente.html">segundo mejor crítico de cine</a> de este país abre <span style="font-style: italic;">El incidente</span> con un tema de <span style="font-style: italic;">Tachenko</span>; Hilario vuelve a dejarse la vida en cada <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/balancehilario.html">letra</a>; Oscar se convierte en el alter ego valenciano de Jack Kerouac y también recorre otro <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/haciarutassalvajes.html">camino</a>; Israel devuelve a la crítica su<a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/snowangels.html"> valor literario</a> (y JD su valor <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/lashorasdelverano.html">analítico</a> [y Kike su lado p<a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/australia.html">olémico y atrevido</a>]); con Bea se me caen las lágrimas con imágenes que no he visto pero que ya <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/lashorasdelverano.html">forman parte de mí</a>; y Diego/Pedro/Pablo nos vuelve a hacer temblar con sus <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/sentenciademuerte.html">desquiciadas conclusiones</a>. Yo simplemente <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/votaciones.html#e2">voto </a>y comparo <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/momentos.html">JCVD con la pornografía moral de los realities</a>.<br /><br />Solo hay una cosa en común: todos escribimos en la <a href="http://www.miradas.net/">mejor revista de cine</a>, que empieza el nuevo año con más fuerza que nunca. Gracias a los que la hacen posible.<br /><br /><span style="font-style: italic;">ACTUALIZACIÓN I</span> : No entiendo cómo se me pasó pero a raíz de lo mejor del año, me gustaría recuperar la que es (para mí) la mejor crítica cinematográfica del curso. La escribe Sergio Vargas y se titula "<a href="http://www.miradas.net/2008/n80/actualidad/klotz/lacuestionhumana3.html">Van a por nosotros (or Pardon me, but your teeth are on my neck)"</a>. Impresionante.<br /><br /><span style="font-style: italic;">ACTUALIZACIÓN II</span>: Además del imprescindible <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/cineespanol.html">texto </a>que resume el cine patrio del 2008, volvemos a intentar la <a href="http://www.miradas.net/2009/n82/actualidad/resumen2008/filmsespanoles.html">titánica tarea</a> de reseñar todas las películas españolas estrenadas el pasado curso. Nos quedamos cerca...algún año lo conseguiremos. Un servidor aporta las reseñas de la minusvalorada y apasionante "Los crímenes de Oxford" y la genial "Gente de mala calidad".<br /><br />Saludos<br /><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-12389951.post-84698865993194342612009-01-07T18:56:00.002+01:002009-01-07T19:08:22.675+01:00Ya estamos AHÍ<center><br /><img src="http://3.bp.blogspot.com/_XhX13zK_uyo/SWTnLzBF5BI/AAAAAAAABJk/Mj6lxnsHeTc/s1600/dirigido%2B385.jpg" /><br /><br /></center><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;">Ha sido un largo camino....pero todavía falta lo mejor. ¡¡¡GRACIAS!!!</span><br /></div>Roberto A. O.http://www.blogger.com/profile/14271280768046562180noreply@blogger.com17