CHOCOLATE (Mick Garris)
Es obvio pensar que si eres el creador de algo, como mínimo debes reservarte un pequeño espacio en la obra. Eso debió pensar Mick Garris, director de productos televisivos tan sospechosos como El resplandor o Psicosis IV, o de títulos tan irregulares como Riding the bullet -enésima adaptación de una novela de Stephen King que el que suscribe tuvo la oportunidad de ver en el Festival de Cine de Terror de San Sebastián-. Su aportación a "Masters of Horror" a través de "Chocolate", solo da la impresión de haber desaprovechado un material, al menos, interesante. El argumento gira en torno a la figura de un joven introvertido y solitario, divorciado y con un hijo, interpretado por el malogrado Henry Thomas -que al parecer se ha convertido en figura icónica de producciones de terror thrash, como Dead Birds o Fever-, el cual comienza a sufrir unos extraños episodios de posesión, donde parece tomar el cuerpo de una bella joven, y sentir todo lo que ella padece.
El episodio, de rápido enganche gracias a un atractivo comienzo, degenera en una historia ramplona y vulgar de una obsesión. Porque Chocolate no produce la más mínima sensación ni de interés ni de cabreo, aunque al menos no llega a la carga de despropósitos del trabajo de Tobe Hooper. Garris se desvela como un director incapaz de poner la cámara en el sitio correcto, sin conseguir ningún efecto ante las perturbadoras experiencias de su protagonista, las cuales lleva a un terreno más humorístico, pero que ni siquiera tiene demasiada gracia. Tampoco plasma en imágenes la esquizotípica personalidad del personaje principal, un tipo peculiar que podría haber dado más de sí. Un desarrollo ciertamente banal, alargado y estropeado por un subrayado visual torpe de ciertas escenas.
El episodio, de rápido enganche gracias a un atractivo comienzo, degenera en una historia ramplona y vulgar de una obsesión. Porque Chocolate no produce la más mínima sensación ni de interés ni de cabreo, aunque al menos no llega a la carga de despropósitos del trabajo de Tobe Hooper. Garris se desvela como un director incapaz de poner la cámara en el sitio correcto, sin conseguir ningún efecto ante las perturbadoras experiencias de su protagonista, las cuales lleva a un terreno más humorístico, pero que ni siquiera tiene demasiada gracia. Tampoco plasma en imágenes la esquizotípica personalidad del personaje principal, un tipo peculiar que podría haber dado más de sí. Un desarrollo ciertamente banal, alargado y estropeado por un subrayado visual torpe de ciertas escenas.
HOMECOMING (Joe Dante)
Hay algo que los seguidores del género fantástico y/o de terror -entre los que me cuento- deberíamos hacer: buscar rápidamente este episodio de Joe Dante, hacer copias y enviárselo a todos aquellos que menosprecian el género por considerar que no tiene ningún tipo de interés en su aproximación a la realidad social. Digamos que debemos hacer caso a las palabras sabias de George A. Romero cuando dice que, "el terror siempre ha sido una metáfora".
Homecoming, episodio firmado por Joe Dante -recordemos, director de obras de culto como Gremlins, Aullidos o Matinee- destila mucha mala baba, y desde el comienzo se posiciona como una auténtica patada en la entrepierna a la administración Bush. Da la impresión que Dante, al ser requeridos sus servicios para este proyecto televisivo, pidió reservarse la temática "zombie", para luego llevarla al terreno que más le interesaba. Su trabajo no es ni metafórico ni alegórico, es sencillamente directo. Narra, mediante un largo flashback y voz en off, la situación creada tras la petición de un deseo por parte de un publicista republicano en un programa de televisión de entrevistas. Éste, tras una conexión con la madre de un soldado muerto en una guerra, pide que ojalá todos los desaparecidos volvieran a casa para que dieran su opinión acerca de la importancia de la contienda. Y vaya si lo hacen....
A medio camino entre las parábolas sociales del propio Romero y la película Les Revenants (Robin Campillo, 2004), el episodio de Dante describe como los soldados muertos (¿en Irak?, no...¡en Irak!) regresan convertidos en zombies, pero que ni atacan, ni matan, incluso hablan, y cuyo único interés reside en votar y mostrar su descontento ante el gobierno. Así, no solo somos testigos de la reincorporación de estos (ex) combatientes a la vida comunitaria, sino de todo el proceso de manipulación de los partidos políticos, desde el inicial apoyo a "nuestros héroes", a la posterior reclusión de aquellos en campos aislados por razones de sanidad (sic). El realizador reparte a todos lo que se pone por delante, desde la tergiversación de los hechos, sacar ventaje ante cualquier situación, la manipulación de las elecciones, el debate sobre las armas de fuego, la guerra de Irak...
Aunque Homecoming presenta numerosos elementos de sátira política y humor negro, en el fondo no deja de sacudir conciencias ante momentos poco propicios a la risa -la secuencia del zombie en la cafetería del matrimonio de raza negra-, ya que su mensaje es en ocasiones tan virulento que puede incomodar. También es de recibo comentar que a Dante no le va lo implícito, sino más bien la brocha gorda, y que su trabajo puede ser tildado de panfletario y unilateral. Pero más allá de ello, se aprecia en su episodio una honestidad y una falta de trascendencia que se agradece, en disonancia con otras personalidades, cuyo posicionamiento no está tan lejos de aquello a lo que critican. Solo por el plano de un soldado zombie levantándose de su ataúd envuelto en la bandera norteamericana merece la pena, en serio. Además, da tiempo a incluir detalles curiosos como la impresión de directores de películas de zombies en las lápidas de los reaparecidos, nombres como Jacques Torneur, John Gilling, Gordon Douglas, e inevitablemente, George A. Romero.
Saludos
Homecoming, episodio firmado por Joe Dante -recordemos, director de obras de culto como Gremlins, Aullidos o Matinee- destila mucha mala baba, y desde el comienzo se posiciona como una auténtica patada en la entrepierna a la administración Bush. Da la impresión que Dante, al ser requeridos sus servicios para este proyecto televisivo, pidió reservarse la temática "zombie", para luego llevarla al terreno que más le interesaba. Su trabajo no es ni metafórico ni alegórico, es sencillamente directo. Narra, mediante un largo flashback y voz en off, la situación creada tras la petición de un deseo por parte de un publicista republicano en un programa de televisión de entrevistas. Éste, tras una conexión con la madre de un soldado muerto en una guerra, pide que ojalá todos los desaparecidos volvieran a casa para que dieran su opinión acerca de la importancia de la contienda. Y vaya si lo hacen....
A medio camino entre las parábolas sociales del propio Romero y la película Les Revenants (Robin Campillo, 2004), el episodio de Dante describe como los soldados muertos (¿en Irak?, no...¡en Irak!) regresan convertidos en zombies, pero que ni atacan, ni matan, incluso hablan, y cuyo único interés reside en votar y mostrar su descontento ante el gobierno. Así, no solo somos testigos de la reincorporación de estos (ex) combatientes a la vida comunitaria, sino de todo el proceso de manipulación de los partidos políticos, desde el inicial apoyo a "nuestros héroes", a la posterior reclusión de aquellos en campos aislados por razones de sanidad (sic). El realizador reparte a todos lo que se pone por delante, desde la tergiversación de los hechos, sacar ventaje ante cualquier situación, la manipulación de las elecciones, el debate sobre las armas de fuego, la guerra de Irak...
Aunque Homecoming presenta numerosos elementos de sátira política y humor negro, en el fondo no deja de sacudir conciencias ante momentos poco propicios a la risa -la secuencia del zombie en la cafetería del matrimonio de raza negra-, ya que su mensaje es en ocasiones tan virulento que puede incomodar. También es de recibo comentar que a Dante no le va lo implícito, sino más bien la brocha gorda, y que su trabajo puede ser tildado de panfletario y unilateral. Pero más allá de ello, se aprecia en su episodio una honestidad y una falta de trascendencia que se agradece, en disonancia con otras personalidades, cuyo posicionamiento no está tan lejos de aquello a lo que critican. Solo por el plano de un soldado zombie levantándose de su ataúd envuelto en la bandera norteamericana merece la pena, en serio. Además, da tiempo a incluir detalles curiosos como la impresión de directores de películas de zombies en las lápidas de los reaparecidos, nombres como Jacques Torneur, John Gilling, Gordon Douglas, e inevitablemente, George A. Romero.
Saludos
2 comentarios:
Interesantes tus aportaciones sobre "Masters of Horror". Yo había pensado en hablar de los capítulos en mi web pero, sin contar los de Stuart Gordon, Joe Dante y John Carpenter, me parecen en general un tanto medianitos. Una pena.
Por cierto, un apunte de profesor: ojito, que suele calificarse a alguien de "malogrado" cuando está muerto.
Vaya..jeje, pues pobre hombre. Me acabo de cargar al Henry Thomas.
Saludos
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