La edición de este libro viene a cubrir un vacío existente en cuanto a la información que tenemos sobre la historia del cine nipón. “Cien años de cine japonés” se convierte así en una obra imprescindible para cualquier persona interesada en esta genial y prolífica filmografía.
El cine japonés, a pesar de ser fuente de innumerables maestros, nunca ha recibido toda la atención que se merece por parte de las distribuidoras españolas. Afortunadamente, en los últimos años y debido a la implantación del DVD, hemos ido recibiendo bastantes títulos del País del Sol Naciente, y de esta manera, nos hemos acercado a esos directores menos conocidos, cuyo ámbito de actuación se reducía a las retrospectivas de los festivales o de las filmotecas. Si el panorama era tan oscuro en relación a las propias películas, el conseguir libros en nuestro idioma que repasaran la historia de esta filmografía era una tarea casi imposible. Para informarnos, era necesario recurrir a escritos en lengua inglesa, en especial a aquellos firmados por el critico Nöel Burch, el realizador y guionista Paul Schrader, y el historiador y critico Donald Richie, de cuyo libro versa esta reseña.
El cine japonés, a pesar de ser fuente de innumerables maestros, nunca ha recibido toda la atención que se merece por parte de las distribuidoras españolas. Afortunadamente, en los últimos años y debido a la implantación del DVD, hemos ido recibiendo bastantes títulos del País del Sol Naciente, y de esta manera, nos hemos acercado a esos directores menos conocidos, cuyo ámbito de actuación se reducía a las retrospectivas de los festivales o de las filmotecas. Si el panorama era tan oscuro en relación a las propias películas, el conseguir libros en nuestro idioma que repasaran la historia de esta filmografía era una tarea casi imposible. Para informarnos, era necesario recurrir a escritos en lengua inglesa, en especial a aquellos firmados por el critico Nöel Burch, el realizador y guionista Paul Schrader, y el historiador y critico Donald Richie, de cuyo libro versa esta reseña.
Si realizáramos una rápida encuesta, el espectador medio solo conocería a un creador nipón, Akira Kurosawa, mientras que aquellos cinéfilos mas interesados en el tema, responderán con una afirmación ante la presencia de otros grandes directores (pero mucho mas desconocidos en el ámbito comercial) como Yasujiro Ozu, Kenji Mizoguchi o Teinosuke Kinugasa. Actualmente, en sus listas, aparecerían nombres como Takeshi Kitano o Hirokazu Kore’eda. Sin embargo, existe un enorme vacío en cuanto al desarrollo de esta industria, así como un texto en nuestra lengua capaz de condensar toda su historia contextualizándola de manera adecuada. Es aquí donde surge la figura de Donald Richie, antiguo conservador cinematográfico en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Richie ha vivido durante mucho tiempo en Japón, siendo partícipe de sus costumbres y analizando sus largometrajes de un modo muy distinto a la mayoría de los críticos occidentales, es decir, eliminando el estigma que conlleva visionar una película japonesa a través de una mirada completamente diferente.
Richie es perfectamente consciente de cómo debe enfocar esta obra, y para ello, abandona una construcción rígida de los hechos. Siguiendo un modelo cronológico, apuesta por una descripción política de la época, para de esta manera, exponernos la corriente cinematográfica que se imponía en aquel momento. El recorrido comienza en las dinastías de finales del s. XIX, con un análisis de la situación social al inicio de la Era Meiji. A partir de aquí, la llegada del cinematógrafo a Japón, la importancia del benshi (o narrador) en los largometrajes mudos y el nacimiento y avance de las grandes productoras, que dominarían el mercado hasta su caída en los años 60.
El apartado de los grandes creadores nipones lo abre con Ozu, cuya obra trata en profundidad. A éste le seguirá Mizoguchi y Mikio Naruse. La Segunda Guerra Mundial supondrá la llegada de la censura y de las películas de propaganda. La propia censura se extenderá al final de la Guerra y a la ocupación americana. Es aquí donde Richie introduce la figura de Akira Kurosawa, al cual también dedicará muchas páginas. A partir de este momento, llegará la desintegración de las productoras y la aparición de los cineastas de la Nuberu Bagu (la nouvelle vague japonesa), Nagisa Oshima, Shohei Imamura o Masahiro Shinoda (si bien el segundo no se sentiría muy cómodo en esta corriente). El repaso culminará con la implantación de las películas de yakuzas desde la década de los 70, con el fin de ganar espectadores, a un amplio repaso de los nuevos cineastas independientes que han logrado traspasar las fronteras de Japón y vencer en diversos festivales internacionales. Éste es el caso de nombres como Takeshi Kitano (que, por cierto, no cuenta con la simpatía de Richie), Kiyoshi Kurosawa, Shinji Aoyama o Jun Ichikawa. Obviamente, el crítico no se olvida del anime, al cual le dedica un breve pero eficaz repaso.
Me gustaría destacar tres aspectos en particular de este magnífico libro. En primer lugar, la agilidad de la narración. A pesar de la aparente densidad que se le puede atribuir a un escrito que trata toda la historia de una filmografía tan lejana, en ningún momento aburre ni tiende a la monotonía. En segundo lugar, es de admirar la manera en que hace interaccionar el tipo de cine con el momento social que se vivía en Japón, y como ejemplo destaco la aceptación de la corriente expresionista en un país que mantenía unas relaciones estables con Alemania. Finalmente, Richie nos acerca a la obra de una amplia variedad de directores, y no se estanca en los más conocidos. Nombres tan importantes y desconocidos como Kaneto Shindo, Daisuke Ito, o Kon Ichikawa ocupan un lugar relevante en este libro.
Por último, se añaden dos apéndices. El primero es un breve glosario de todo el vocabulario que inunda los párrafos. Términos como “kabuki”, “shimpa” o “mono no aware” tienen una rápida y precisa traducción a nuestro idioma. El segundo apéndice es realmente útil, ya que consiste en el resumen de todas las películas que se comentan en el libro. Los largometrajes más importantes incluyen un resumen de su argumento y los premios obtenidos. La mayoría de estas obras también se encuentran editadas en DVD o VHS.
“Cien años de cine japonés” se nos presenta como un instrumento ante todo didáctico, pero sin que por ello carezca de espíritu crítico, como una alternativa a los típicos escritos planos de dudosa rigurosidad. Elaborado sin prejuicios y con un estilo sobrio y fácil de comprender para cualquier tipo de lector, se convierte en la mejor elección a la hora de acercarse a esta fértil y genial filmografía. Un libro ideal para aquellos cinéfilos ávidos de conocimiento, pero también para ese lector medio interesado por el Séptimo Arte y que se sienta atraído por “esas películas de samuráis”.
Por último, se añaden dos apéndices. El primero es un breve glosario de todo el vocabulario que inunda los párrafos. Términos como “kabuki”, “shimpa” o “mono no aware” tienen una rápida y precisa traducción a nuestro idioma. El segundo apéndice es realmente útil, ya que consiste en el resumen de todas las películas que se comentan en el libro. Los largometrajes más importantes incluyen un resumen de su argumento y los premios obtenidos. La mayoría de estas obras también se encuentran editadas en DVD o VHS.
“Cien años de cine japonés” se nos presenta como un instrumento ante todo didáctico, pero sin que por ello carezca de espíritu crítico, como una alternativa a los típicos escritos planos de dudosa rigurosidad. Elaborado sin prejuicios y con un estilo sobrio y fácil de comprender para cualquier tipo de lector, se convierte en la mejor elección a la hora de acercarse a esta fértil y genial filmografía. Un libro ideal para aquellos cinéfilos ávidos de conocimiento, pero también para ese lector medio interesado por el Séptimo Arte y que se sienta atraído por “esas películas de samuráis”.
Cien años de cine japonés. Donald Richie. Ed. Jaguar. 1a edición. Madrid, 2004. 304 páginas.
Un saludo
5 comentarios:
Actualmente en el mercado hay cantidad de libros sobre cine oriental, y cada vez sacan más aquí en España, una gran noticia para los cinéfilos como nosotros.
Te he linkado en mi blog, espero que no te importe.
Saludos!
excelente noticia, me lo comprare para ampliar mis fuentes del cine nipon, aunque no se porque me da que mis areas de interes (chambara Jidai Geki, Jitsuroku) no van a aparecer tratados con toda la extension que merecerian
buena compra inquisidor, aunque no profundize en los géneros y se decanta por enmarcar a figuras como Ozu, Mizoguchi y Kurosawa. Es lo q le interesa a Richie.
Por cierto, joder, se ha borrao el mensaje..uum, q raro.
Saludos
has leido un libro que se titula "el emperador y el Lobo" que describe las andanzas de la mejor pareja del cine nipon Toshiro Mifune (el lobo, Ne?) y Akira-Sama Kurosawa ( el emperador??)
esta bien??
estoy en ello, es un tocho de mucho cuidado. Lo q pasa es q me faltan varias pelis de Kurosawa por ver y quiero verlas todas antes de seguir con el libro. El libro, por cierto, es mas en plan biografía, tanto de Kurosawa como de Mifune, si bien te destripan casi todas las peliculas. El analisis de los films es muy liviano y se centra en las peculiaridades de su rodaje, los avatares de la distribucion y da importancia a las criticas recibidas en los lugares donde se estrenó.
Por ahora me parece una gran joyita, asi q si puedes, hazte con él.
Saludos
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