Mientras que medio mundo todavía está emocionado (y el otro medio muy cabreado) con la nueva entrega de "La Guerra de las Galaxias", sería un momento interesante para retrotraernos al pasado y echar un vistazo a la primera película que dirigió George "soy el rey del marketing" Lucas, "THX 1138".
Este proyecto, perteneciente al género de ciencia-ficción distópica, lo tenía en la cabeza el amigo Lucas desde sus tiempos universitarios, donde escribió el guión, una mezcla de Ray Bradbury, George Orwell y Aldous Huxley, con un toque tremendo de abstracción, más propio del cine de autor que de un tipo que se iba a convertir en la vanguardia del cine palomitero. Bajo la producción de la incipiente compañía de F. F. Coppola, American Zoetrope, Lucas llevó a cabo su ansiado proyecto, con un coste exacto de 777.777,77 dólareas (y no es coña). La película fue un auténtico desastre en taquilla, cosa que enmendó el propio director unos años después con "American Graffiti". Pero el tiempo ha pasado, y poco a poco este film se ha convertido en una auténtica pieza de culto. Pasemos a su argumento...
Pues bien, "THX 1138" nos sitúa en una de esas sociedades totalitarias del futuro, donde el individuo ya no existe, sino es que parte de un sistema social alienante que inhibe su libertad y sus deseos. No existen los nombres, ya que se utilizan letras y cifras para llamar a sus ocupantes, los cuales viven en apartamentos junto a un compañero/a escogido por ordenador. Su protagonista, Robert Duvall es el propio THX 1138, el cual, tras consumar un acto sexual sin permiso con su compañera de habitación (la desconocida Maggie McOmie), es encarcelado por las autoridades.
En general, la mayoría de largometrajes que utilizan estas premisas argumentales son bien recibidas por el público, o bien despiertan muchas expectativas. Su uso del futuro para hablarnos de problemas del presente, o incluso de los peligros del mañana siempre ha generado ilusión en una audiencia que desea conocer hacia donde se podría dirigir su propio universo. Sin embargo, uno de los grandes problemas de este tipo de films radica precisamente en la importancia que muchos de sus creadores conceden a la hora de construir tales sociedades futuras, en perjuicio de la solidez argumental. Y este es un fallo que se le achaca claramente a "THX 1138". George Lucas parece estar más preocupado de crear un universo tan abstracto y atractivo que se olvida de dotar de coherencia a un relato que en muchas ocasiones se vuelve más que tedioso. Los acontecimientos que ocurren en el film, pasan porque sí, sin que haya una explicación razonable. A este hecho se le suma un desarrollo algo anodino, que por momentos se enlentece para finalizar de manera algo abrupta.
Al igual que en la sobrevalorada "Brazil" de Terry Gilliam (pero infinitamente mejor), el ego del creador se antepone a lo que nos quiere contar, y se nos abruma con escenarios muy plásticos pero carentes de significado. Además, la mayoría de los actores se encuentran perdidos, no se sabe bien si por expreso deseo de su creador o por una construcción deslavazada.
Pero sería injusto si nos quedáramos en los aspectos negativos sin destacar sus virtudes, que las tiene. Por única vez, Lucas parece tomar el control de la dirección y construir un film absolutamente personal (alejado de la dirección tópica de su saga galáctica), lleno de planos geniales y a la vez que infunden miedo, como la sociedad futura que pretende dibujar. La pasión por la estética se adueña de la pantalla, como en la construcción de esas secuencias que tienen lugar en la cárcel, rodada sobre un fondo blanco inmaculado, o con el montaje de las escena de la fábrica y de la vida diaria de sus protagonistas, observados 24 horas al día por el sistema, que realmente acongoja al espectador. Lucas sabe conseguir una ambientación deshumanizadora a través de una puesta en escena sencilla, pero a la vez personal.
Más allá de sus múltiples fallos (propios también de un principiante, recordemos que Lucas no es Orson Welles) y de un desarrollo por momentos aburrido, "THX 1138" merece ser vista, ya no solo por conocer los orígenes de este creador de universos fantasiosos, sino para acercarse más a esas sociedades que parecen tan lejanas, pero que de alguna manera, queramos o no, nos acercamos peligrosamentea ellas. Eso sí, a mi me gustó más "La Guerra de las Galaxias".
Un saludo
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