Aqui la critica de "Samaritan Girl", la ultima pelicula estrenada en España del excepcional director surcoreano Kim Ki-Duk.
"Samaritan Girl"
Siempre es complicado para el espectador occidental adentrarse en el cine asiático e identificarse con sus personajes, ya sea debido a sus rasgos físicos o incluso a los tics de su cine, acusado de lento y demasiado contemplativo. Pero aún es más difícil cuando se nos presenta una historia donde dos adolescentes, estudiantes de instituto, se prostituyen ni siquiera por necesidad, sino para costearse un viaje a Europa. Éste no es un hecho aislado, ya que en Japón, estas chicas son conocidas con el nombre de “ko-gals”. Son estudiantes que, a pesar de no necesitar imperiosamente el dinero, salen con hombres mayores para hacerles compañía (aunque no necesariamente implique practicar el sexo). Por ello estamos ante un fenómeno que no es tan increíble como se podría pensar.
Centrándonos en el título, sólo con saber el nombre de su director, somos conscientes de aquello a lo que nos enfrentamos. No es otro que el surcoreano Kim Ki-Duk, famoso por sus bizarras historias, la violencia inherente a su cine y sus personajes desarraigados. Sin embargo, “Samaritan Girl” pertenece a esa nueva manera de entender el mundo, a un ligero cambio de perspectiva que también se aprecia en la anterior “Primavera, Verano, Otoño, Invierno…y Primavera” y en la posterior (aunque estrenada antes) “Hierro 3”. En “Samaritan Girl” la historia se divide en tres actos, aunque con un personaje como nexo principal, la joven Yeo Jin que se encarga de conseguirle las citas a su amiga Jae-Young, hasta que ésta, en plena redada policial se lanza desde una ventana y fallece. A partir de aquí, Yeo Jin comenzará a acostarse con los clientes de su amiga y les devolverá el dinero, mientras su padre, tras descubrir las actividades de su hija, se vengará de los clientes.
En “Samaritan Girl” se desvelan dos aspectos de cambio en el cine de este director: por un lado, una evolución formal, en base al despojamiento de elementos en sus encuadres. us planos respiran armonía y lirismo, y al igual que en “Hierro 3”, huye de excesos visuales y se acerca a una planificación muy sencilla, pero tremendamente elocuente. Por otro lado, se aprecia una evolución más introspectiva, con la presencia de unos personajes que son capaces de afrontar de manera menos agresiva sus problemas, ayudados por la fe y la espiritualidad. En este título prima más la concepción cristiana, en una protagonista que para redimir sus pecados y los de su amiga se mueve entre la penitencia y el martirio. Así, Yeo Jin es un personaje que también evoluciona, desde el pecado hasta la pureza. No lo es tanto su padre, al menos en un principio, un personaje arquetípico en su cine, que usará la violencia como arma para desembarazarse de la culpa, pero que finalmente y a través de un viaje tanto físico como metafórico, logrará la paz interior.
Al igual que en sus otros títulos, Ki-Duk utiliza como base un problema social (en este caso, uno de sus favoritos, como es la prostitución) para reflexionar sobre las relaciones paterno-filiales y el desencuentro entre los padres y sus hijos en la Corea moderna. El surcoreano nos presenta un cuento de alto carácter moral, pero que jamás cae en la moralina barata. Kim Ki-Duk simplemente nos sitúa ante sus protagonistas y permite que sea el espectador quién decida si éstos se merecen o no el perdón. Y este aspecto en el cine de hoy en día, ya merece un buen aplauso.
1 comentario:
Tratandose de uno de los mejores directores de korea es buena, muy buena, otra sobre el tema (bastante peor)--> bounce kogals.
Me gusto mas iron 3.
Kim ki duk *__* le adoro
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