domingo, septiembre 14, 2008

Se fue...(1962-2008)



Tras el "shock" inicial, me siento más preparado para escribir alguna línea sobre David Foster Wallace, que fue descubierto muerto -al parecer, ahorcado- en su casa la noche del viernes pasado. Como es habitual, la estupefacción es el primer sentimiento que uno experimenta ante tal noticia, ya que si el suicidio parece que no entiende de criterios, hay algunos que compran más billetes que otros para llevarlo a cabo. Nunca hubiera apostado por Foster Wallace, pese a que la extrema ironía y el sangrante cinismo de sus escritos revela la visión de un mundo despojado de almohadas y de tarros de vaselina. Pero jamás hubiera apostado por él, lo juro.

Tampoco he leído demasiado como para ejecutar un buen epitafio ni para tirarme el pisto, pero sí me había estimulado lo suficiente como para colocarle ahí, en ese panteón de escritores cuyas obras están listas para salvaguardar tu CI. Mi primer contacto con él fue hace unos años, cuando un compañero me prestó La niña del pelo raro, un libro de relatos que en su momento desprecié, pero que al igual que con Izo, no paró de dar vueltas en mi cabeza durante el tiempo que pasó hasta que adquirí otra obra suya, Algo supuestamente divertido que jamás volveré a hacer. En esta obra -mezcla de ensayo y ficción autobiográfica-, Wallace se transforma en el omnisciente narrador que desglosa las peripecias de un viaje a bordo de un crucero hacia el Caribe. El libro me recuerda a aquella película de Roger Corman con Ray Milland, donde un tipo empezaba viendo a través de los objetos, y terminaba sacándose los ojos al descubrir la temible realidad que se parapetaba detrás de lo aparentemente "real". Interpreten ustedes.

Y por último, La broma infinita, obra inmensa que lleva en mi mesa de noche ya cuatro meses, y que degusto de forma lenta, raro en mí, que atropello un libro para pasar al siguiente. Dicen que se parece a DeLillo y a Pynchon, pero yo solo he leído un libro de DeLillo y nada de Pynchon, así que no puedo confirmar o desmentir nada. A mí me parece una versión bizarra y transgresora de la gran novela decimonónica, una mise-en-abisme que juega de forma absurda con referentes como Zola o Balzac. Incluso, en ocasiones imagino que es un producto surgido de un mix entre John Dos Passos y Phillip K. Dick, mis referencias más cercanas y con las que me siento capaz de conectarlo....en definitiva, puede que se trate de la "gran broma americana".

Lo siento pero no puedo ir más allá. Parece que es cierto aquello que dice que, detrás de una comedia, pervive una tragedia aún mayor. Lástima. Más información, aquí.

Saludos

6 comentarios:

M. Jordan dijo...

Quizás creas que no has hecho un epitafio a la altura de las circunstancias pero te ha quedado muy sentido, y en estas ocasiones eso es lo que cuenta.

Un saludo.

Roberto A. O. dijo...

Gracias Monica...cuando careces de los conocimientos necesarios, lo único que puedes hacer es tirar de tripas, y supongo que es lo que he hecho. Un acontecimiento impensable, y un escritor imposible de suplir...o al menos, yo todavía no he encontrado al sustituto.

Saludos

El misionero dijo...

¿Por qué los escritores malos no se suicidan?¿Por qué Jaime Bayly sigue vivo?

Anónimo dijo...

No se me ocurre mejor corolario ni homenaje que aquel que te invita a (re)engarcharte a la obra de un autor. Éste es un caso paradigmático.

Saludos cinéfilos.

Anónimo dijo...

Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas

Estas tragedias son difíciles de expresar y tú, Roberto, has logrado una buena mezcla de sentimiento e información. Enhorabuena porque creo que no es nada fácil.

Saludos cordiales!!!

El Miope Muñoz dijo...

Era un titán. Cuando murió me di cuenta que tenía toda su ficción en casa.