martes, octubre 17, 2006

[Festivales] Se terminó Sitges '06


La 39ª edición del Festival de Sitges se cierra con una sensación agridulce. Por un lado, la acertada selección final de títulos que deja como resultado un recuerdo grato, siempre a expensas de lo que puedan dar de sí ulteriores visionados de los mismos. Por otro, la (una vez más) pésima organización del festival, a años luz de la importancia que debería tener el certamen, lo cual impide que Sitges siga creciendo y que alcance metas más importantes en el futuro. Sangrante ha sido el trato dispensado a mis compañeros de prensa –en particular, la tipo B-, un camino lleno de trampas que han impedido que muchos de ellos siquiera hayan podido cubrir la Sección Oficial Fantástic. Y es que al menos, el que suscribe estas líneas podía conseguir tickets para otros pases dado su carácter de invitado. Varios han sido los pérfidos “detalles” de la organización: los restringidos horarios de adquisición de entradas para el día posterior –que incluso obliga a abandonar alguna que otra sesión para hacer cola-; la negativa de varios miembros de seguridad a la hora de impedir el pase a ciertas sesiones mixtas con la sala prácticamente vacía; la acumulación masiva de títulos que hacen imposible el acercarse a otras secciones, y que precisan a escoger entre varias preferencias a sabiendas que, salvo echarle morro y colarte en la sala, no podrás ver la película descartada; o una pésima programación de largometrajes que convierte las tardes en un período vacacional salvo para los interesados en Seven Chances.

A propósito de lo anterior, sería inteligente que la organización se replanteara reducir drásticamente el número de películas presentadas. Si estas se multiplican, los días se mantienen y las salas no aumentan, es una quimera intentar realizar una cobertura más o menos decente, ya que la capacidad logística es limitadísima al contar sólo con una gran sala (el Auditori) pero con otras dos instalaciones (Prado y Retiro) que piden a gritos una remodelación. Así pues, hagamos un sencillo experimento teniendo en cuenta el año pasado: en esta edición se han incluido tres largometrajes más en la Sección Oficial Fantástic; cuatro más en Oficial Premiere; tres más en Noves Visions; la creación de la Sección Oficial Mélies, un cajón de sastre de muy discutible selección de películas que no tenían cabida en otras secciones; tres películas añadidas en Orient Express; cinco más en Mondo Macabro; el maratón de Masters of Horror; así como el aumento de las retrospectivas –este año, David Lynch, Kiyoshi Kurosawa, Alejandro Jodorowsky, más los homenajes a Richard Fleischer y Richard Stanley-. A todo ello, hay que incluir el mantenimiento de otros espacios como Seven Chances, Anima’t, Midnight Xtreme, Catalán Focus y el Brigadoon. Creo que los datos hablan por sí solos, y por ello un trabajo esperadísimo como Election II solo tuvo un pase –sin contar el maratón nocturno-, Exiled, recordemos Sección Oficial, solo pudo ser visto por prensa en el Retiro, Strange Circus solo se programó en las maratones, e incluso peor: a diferencia del año anterior, no se pudo ver ni una sola película de Noves Visions en el Auditori, con lo cual las quinielas para abarcar varios frentes se convertían en un ejercicio de prestidigitación.

Sencillamente un festival que se autodenomina como el primero de Cine Fantástico en el mundo necesita un lavado de cara a nivel organizativo. Por mucho que su director hable ahora de un resultado positivo, la sensación que deja tras de sí la 39ª Edición es de desolación en las salas, de poca asistencia de público y prensa salvo los dos últimos días, y de unos ambientes tremendamente desangelados lejos de la fiesta del cine que se debería suponer. No sabemos en que cantidad ha contribuido el fracaso del supuesto “año Lynch”, la muy tardía publicación de los horarios para público y parrillas para prensa, o el desvanecimiento de películas con tirón publicitario (La Dalia Negra, The Departed, la precuela de La Matanza de Texas, Saw 3, Southland Tales…). Sí, entendemos que es muy difícil traer todos los trabajos que interesan, pero cuando un certamen como éste se vanagloria de su condición hay que imponer un cierto respeto. También hay que recriminar la exigua calidad de los libros editados, aunque sean muy superiores a las lamentables publicaciones del año pasado. Si bien el libro dedicado a David Lynch deambula por caminos divergentes y el de Europa Imaginaria apuesta por otro tipo de recorrido, se nota excesivamente su escritura apresurada y su intención de cubrir el expediente. Como bien comentamos durante nuestra estancia en Sitges, al final lo único que queda de un festival son los libros, y esto es un patrimonio que merece ser cuidado.

En cuanto al palmarés final, nos asaltan muchas dudas por la homogeneización de los premios. Lamentablemente no hemos visto el film ganador, Réquiem, pero nos consta que la actriz protagonista estaba en cabeza de las preferencias. Muy decepcionante han sido los tres galardones para la mediocrísima y cobarde Grimm Love Story, ya que ni siquiera nos parece justo el premio a los actores, por mucho que Thomas Kretschmann y Thomas Huber defiendan con decoro un material imposible –nosotros apostábamos por Song Kang-Ho en The Host o Billy Connolly en Fido-. También huele lo de Homecoming, aunque era de esperar que el Jurado presente se decidiera por un trabajo político pero con fecha de caducidad antes que por la obra maestra intemporal de John Carpenter (Cigarette Burns), con el añadido de la presencia de Joe Dante en Sitges. Sobre el resto de galardones, todo parece orquestado hacia un reparto equitativo para limar asperezas, pero de lo que se extraen premios tan absurdos como el Mejor Maquillaje para Time (¿?) o la Mejor Banda para Tzameti (¡!). En cambio aplaudimos la valentía del Mélies de Plata a la polémica Princess, así como el Premio Noves Visions a esa rareza que responde al nombre de Edmond.

Finalmente, me permito el placer de exponer un top con las doce películas que más me han gustado de este Sitges ’06, excluyendo a la magistral La Gorgona de Terence Fisher. No os preocupéis, poco a poco iremos subiendo las crónicas de las jornadas que faltan en Tijeretazos, para así cerrar con un buen broche una cobertura, en mi opinión, más que digna. Por lo demás, comentar que ha sido una semana inolvidable, lejos de las malditas lesiones del pasado año. Compartir diez días junto a Sergio, Tonio, Salva, Álvaro y Juan, así como poder volver a ver a A.J. y a Oskía ha sido increíble. Muchas gracias chicos, espero regresar el próximo curso y poder contar con vuestra presencia.

-Exiled (Johnnie To)
-Paprika (Satoshi Kon)
-The Host (Bong Joon-ho)
-Election II (Johnnie To)
-Black Book (Paul Verhoeven)
-Fido (Andrew Currie)
-The Fountain (Darren Aronofsky)
-Princess (Anders Morgenthaler)
-Time (Kim Ki-Duk)
-Right at Your Door (Chris Gorak)
-Children of Men (Alfonso Cuarón)
-Loft (Kiyoshi Kurosawa)
-Tzameti (Gela Babluani)

Saludos

miércoles, octubre 04, 2006

[Festivales] Nos vamos a Sitges '06



Mañana parto hacia Barcelona para acudir a la 39ª edición del Festival de Sitges. Lo cierto es que me habría encantado dar la noticia de que este año asistía al Festival como miembro del II Jurat Jove, pero a pesar de estar entre los últimos elegidos, al final no pudo ser y uno ha tenido que conformarse con la suplencia. Y es que el comité de selección no valoró positivamente mis conocimientos y mi capacidad de crítica cinematográfica, o seguramente el que suscribe estas líneas no supo demostrar correctamente su capacidad, relación e inquietudes con el mundo del cine y las artes escénicas. ¿Se aprecia la ironía? ¿Se me nota ligeramente enfadado? Bueno, ya está superado, aunque en estos temas a uno siempre le interesa conocer todos los motivos de la decisión. Con todo, suerte a los miembros seleccionados....

En cualquier caso, esperemos que sean diez días de buen cine, y que por supuesto tendrán su plasmación (esperemos) en crónicas diarias, ¡cómo no! desde Tijeretazos, sección Caos. Allí se intentará llevar a cabo una doble cobertura diaria junto a mi compañero Álvaro.

Un saludo a todos, ¡¡¡¡y nos vemos a la vuelta!!!!

lunes, octubre 02, 2006

[Inciso Musical II] "By The Way", The Red Hot Chili Peppers

Un poco de música para amansar a las fieras...


La publicación de Stadium Arcadium hace escasos meses puede ser una idónea oportunidad para hacer memoria, y acercarnos (y vindicar) a uno de los trabajos más discutidos de los Red Hot Chili Peppers, By The Way, que data del año 2002. By The Way, criticado por su excesiva blandura así como ser un presunto salto al mainstream más acomodado, sobrelleva la pesada carga de ser el álbum posterior a Californication (1999), atronadora resurrección del conjunto californiano tras el irregular One Hot Minute (1995). Sin duda Californication supuso el magistral regreso de una de las mejores bandas de los últimos veinte años, un reencuentro físico pero también espiritual que volvía a reunir al guitarrista John Frusciante con el resto de componentes, pariendo de este modo un disco que tenía tanto de contundente reivindicación musical (Around the World, Get on Top, I Like Dirt), como de crónica intimista de un presente recuperado (Scar Tissue, Road Trippin’). De algún modo, la salida forzada de Frusciante de la banda a mediados de los ’90 por problemas con las drogas, junto al aterrizaje temporal del guitarrista de Jane’s Addiction, Dave Navarro, condujo al grupo a una de las etapas más autodestructivas de su historia, un infierno de excesos y sustancias prohibidas que se plasmaron en el ya comentado One Hit Minute, con cortes tan psicodélicos como Pea, Trascending, o Falling Into Grace.

Californication, a diferencia de la saturación sonora de One Hot Minute, encara un proceso de reconstrucción en base a la colisión pacífica de funk, rock y pop, sin olvidar sucintas dosis de rap, que poco a poco irán desapareciendo, enterrando de esta forma los vestigios arrebatados de los oligofrénicos comienzos de la formación.


By The Way continúa la senda iniciada por Californication, depurando aún más si cabe su estilo, desprovisto casi totalmente del funk más desmadrado, y explicitando el actual carácter de la banda: la consecución de una estabilidad, el logro de una madurez grupal que bien puede ser confundida con comodidad. Aunque el primer single, de título homónimo, pueda indicar lo contrario, nos encontramos ante un trabajo que recorre las aguas de un lago en calma. De ahí la profusión de medio-tiempos y baladas, con piezas tan sensitivas como los cortes I Could Die For You, Universally Speaking, o Tear, u otros que apuestan por la experimentación calmada con sonidos electrónicos como The Zephyr Song. Incluso aquellos cortes rápidos que se derivan del Californication como Can’t Stop o This Is The Place arrancan con tímidos sobresaltos pero finalmente descansan sobre “loops” lentos y más melódicos. Bien es cierto que el álbum se resiente de cierto cuelgue hacia el final, con rarezas como On Mercury o directamente psicotrópicas como Warm Thing, pero sí deja la sensación de ser su disco más relajado, transmitiendo una fuerte carga de tranquilidad espiritual, un arraigado misticismo en temas como Dosed o Midnight, y abandonando (de momento) las letras concienciadas de éxitos del calibre de Green Heaven, The Power of Equality o Californication.

Catalogado como muchos como la derivación “poppy” de Californication, By The Way es simplemente ese “por cierto” en una habitual acepción castellana del título original, una parada para repostar, un paréntesis gramatical, un álbum que explora el autoconocimiento entre los miembros del grupo, una mezcla cálida de melancolía y esperanza. Con total seguridad, los californianos nunca volverán a grabar un Mother’s Milk, ni por supuesto un Blood, Sugar, Sex & Magik, pero esto sería como pedirle a Kim Ki-duk que vuelva a rodar La isla (Seom, 2000) tras ese proceso de espiritualización que ha sobrevenido en su vida. Cuatro años después, la formación que encabeza Anthony Kiedis publica Stadium Arcadium, un prolífico doble-álbum cuyo primer disco parece una derivación directa de Californication, y donde el segundo explora nuevas mixturas en el estilo de la banda. Los toques zen parecen haberse quedado atrás. Hay Peppers para rato.

Saludos