viernes, agosto 01, 2008

Ese nuevo campo de batalla


Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación, con completa independencia del dinero; y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como éste. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días; otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres; otros con ninguna. Es lo que se llama la "ley del mercado". En un sistema económico que prohíbe el despido libre, cada cual consigue, más o menos, encontrar su hueco. En un sistema sexual que prohíbe el adulterio, cada cual se las arregla, más o menos, para encontrar su compañero de cama. En un sistema económico perfectamente liberal, algunos acumulan considerables fortunas; otros se hunden en el paro y la miseria. En un sistema sexual perfectamente liberal, algunos tienen una vida erótica variada y excitante; otros se ven reducidos a la masturbación y a la soledad. El liberalismo económico es la ampliación del campo de batalla, su extensión a todas las edades de la vida y a todas las clases de la sociedad (...) Algunos ganan en ambos tableros; otros pierden en los dos. Las empresas se pelean por algunos jóvenes diplomados; las mujeres se pelean por algunas jóvenes; los hombres se pelean por algunas jóvenes; hay mucha confusión, mucha agitación. Michel Houellebecq ("Ampliación del campo de batalla")

Sí, ya sé que mola; sí, ya sé que es guay, sí, ya sé que está masticadito y es evidente....pero joder, a mí me llegó.

Saludos

16 comentarios:

Anónimo dijo...

cita al autor! o eres tú? sí que mola sí. gracias

Xosé.

Roberto A. O. dijo...

No, no, jajajaa...no soy yo. Actualizado con el nombre del autor.

Saludos

Anónimo dijo...

Hombre, no se yo si tan mascadita y evidente. Pero cierta seguro.
De la novela se me ha quedado grabado el personaje de aquel pobre hombre, sin exito sexual alguno, que en una escena contemplaba a dos apolineos follar en la playa. Es la contemplacion del horror absoluto.

Tonio L. Alarcón dijo...

Y es que, aunque fuera mascadita y evidente, más interesante que la afirmación en sí es cómo se puede trasladar a todo el resto de dinámicas de nuestra sociedad, y cómo la visión que deja entrever es realmente terrible.

Tonio L. Alarcón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Excepcional novela. Y mucha verdad hay en ese fragmento, qué duda cabe.

Houellebecq me da miedo (será por eso que no me atrevo a leer más de su crudísima obra).

Abuelo Igor dijo...

Lo que dice este hombre parece muy evidente, pero tiene algo, tiene una convicción, unas ganas de señalar verdades desagradables que los demás preferimos pasar por alto, que resultan muy estimulantes.

Yo estuve este mes con "La posibilidad de una isla", y la verdad es que es demoledor, el amigo. Y por cierto que dentro de poco nos amenaza con la adaptación cinematográfica.

Roberto A. O. dijo...

Obviamente, por muy machacados que estén los conceptos, no quiere decir que dejen de tener fuerza. Como bien afirma Abuelo Igor, hay una convicción realmente terrible en sus palabras, aparte de una tremenda lucidez. Yo, por un lado, suelo acoger con escepticismo tanto a los escritores de la generación "postbeat" como a ciertos émulos de Bukowski. Muchas veces se confunde estilo desolado con calidad literaria. De hecho, lo poco que he leído de Palahniuk me ha resultado cansino y muy poco interesante.

Pero Houellebecq tiene algo distinto, y me ha resultado sumamente atractivo (a la par que devastador)la combinación que realiza entre las relaciones personales y los nuevos flujos económicos.

Y a colación de lo que comenta el DrZito, en la contraportada de la novela, se habla de "El extranjero para las nuevas sociedades informatizadas". Esa escena que citas es un paso más allá, más deprimente aún si cabe, hacia el horror. Al menos en la novela de Camus, había una acción.....ese pobre informático que termina incrustado en un amasijo de hierros ni siquiera se lo plantea: la "inacción" total.

Asi que nada, ahora toca verano (y por tanto, revisar clásicos), y luego volveré con el francés....y probaré con su otro "hijo bastardo": Frederic Beigbeder.

Saludos

Anónimo dijo...

¿Has probado con "Superviviente", "Asfixia" y "Nana" (todas ellas de Palahniuk), Roberto? A mí me encantan.

Por contra, no he podido acabar "Rant", su última novela. Esa sí que me ha cansado. No sé si la retomaré.

Roberto A. O. dijo...

Amigo Max, de Palahniuk he leído solo "Asfixia", y no me convenció en absoluto. Demasiado vacío y vulgaridad epatante para tanto (y bueno) que había leído sobre él. Pero "Supervivientes" me llama y quizás en el futuro le de otra oportunidad.

Saludos

Anónimo dijo...

Pues yo, Roberto, te animaría a leer "Superviviente" (es mi novela favorita de Chucky) si se tercia. Me parece bastante más compleja que "Asfixia". Es un tour de force narrativo imposible de dejar hasta el final. Y lo que sucede, además, es que a mí, aparte del habitual retrato de una sociedad en descomposición, me suelen divertir (y a veces conmover) bastante los personajes sonados que idea Palahniuk.

PD: TENÉIS que ver "Wanted".

El Miope Muñoz dijo...

Houellebecq es un poco bajona, el ritmo se pierde pero tiene momentos memorables, en su primera novela, alguien dijo que estaba contenido en su ensayito de Lovecraft y ¡voilá! ahí le tienes enterito.

La de los clones ya está hasta igual de bien como novelita.

El Miope Muñoz dijo...

Me refería naturalmente al Houellebecq de Ampliació y los momentos memorables que señalas, off course.

El misionero dijo...

De Palahniuk me quedo con la aterradora Nana. Houellebecq creo que llega a la perfección de la condesación y la exactitud en Ampliación. Partículas y Plataforma me parece más de lo mismo pero en largo e intentando cambiar la cara de los actores y el argumento de la película. Beidbeger es hijo de su tiempo, y por lo tanto cadáver de la literatura. 13,99 tiene su gracia (y más para los creativos que capeamos todo el día con miserias de ese tipo) pero de repente deja de tenerla.
El otro día ojee su nuevo libro y no me lo compré. Mala señal.

Tonio L. Alarcón dijo...

Ugh, 13,99 euros. Qué truño pedante y pretencioso. El comienzo es divertido, pero luego... Caída libre.

El Miope Muñoz dijo...

13,99 es de un publicista, así que está muy bien: es lo que la literatura francesa espera de un Truman Capote posmoderno. Se hace un personaje y luego resulta que el hombre se mide a Philip Roth.