jueves, marzo 22, 2007

[Avance] IV Muestra de Cine Fantástico de Madrid



Dedicado a Lolo

En el número de Abril publicaremos en Miradas la crónica completa de la pasada Muestra de Cine Fantástico de Madrid. Mientras tanto, avanzo el texto dedicado a la última película de Shinya Tsukamoto, cuyo mal recibimiento merece ser subsanado mediante estas líneas.

Tras el rodaje de Vital (id. 2004), Shinya Tsukamoto declaraba su cansancio ante la dificultad de conseguir financiación para sus proyectos más personales, así como su escaso éxito en su país de origen, un estatus que no debería sorprenderle ya que él mismo se ha convertido en una especie de ácido que corroe la diáfana existencia nipona. Afortunadamente, el proyecto de cortometrajes de Jeonju le concedió la oportunidad de rodar Haze (id. 2005), una obra maestra absoluta en formato mediometraje donde recuperaba la fisicidad y el desasosiego formal de sus primeras obras. Con su último trabajo, Nightmare Detective (Akumu Tantei, 2006), Tsukamoto pretende establecer un puente entre su rabiosa manera de aprehender el mundo y un necesario bálsamo comercial, a través de un largometraje mezcla de encargo y proyecto personal, y donde comparte la escritura del guión por primera vez en su carrera. Aquí descansa por tanto la fragilidad de una obra que bascula entre dos conceptos que el director nipón parece incapaz de asociar: por un lado, desmarcarse de las constantes del J-Horror -un sarcástico guiño al lei-motiv de los fantasmas de largos cabellos- mediante una estructura argumental más adulta y un mayor contenido violento; y por otro, usar ciertos ganchos comerciales que auguren cierto impacto en la taquilla patria –la elección de una diva del J-Pop como Hitomi como protagonista.

Pero Shinya Tsukamoto es un director de una personalidad tan virulenta que carece de la habilidad para escindirse bajo el manto popular, algo que ya demostró en Gemini (Sôseiji, 1999), que aparentaba ser un trabajo comercial para terminar convirtiéndose en una extrañísima y muy bizarra película. Su cine ha de entenderse como un acto de rebeldía, de total inconformismo ante el alienante status quo nipón, que ejecuta sus armas no sólo desde la transgresión conceptual –la mutilación y el dolor físico como herramientas para escapar de un entorno estandarizado- sino también visual, de ahí que sus obras estén marcadas por una estética radical, que algún despistado puede confundir hoy en día con videoclipera, pero que es ajena a las modas coyunturales y a probadas recetas de éxito. Para Tsukamoto, la volatilización del encuadre, la ruptura de su composición o los desquiciados travellings son las armas que esgrime frente a la armonía y el equilibrio del arte clásico japonés. Y hay mucho de ello en Nightmare Detective, largometraje que conecta de forma esquiva con sus obsesiones, con su dolorosa manera de entender a los seres humanos y a las relaciones que se establecen entre ellos y la sociedad que los subyuga. Por ello somos incapaces de entender ese pegote a modo de epílogo que remata de forma fraudulenta esta historia de un detective capaz de introducirse en los sueños ajenos, y que supone una farsa, una negación del pesimismo existencial que exuda toda su obra. Pero Tsukamoto es inteligente, y su personaje desaparece antes: todo un ejercicio consciente que cuestiona su adhesión a tan calamitoso cierre.

Saludos

lunes, marzo 19, 2007

[Allzine] Cine-Club: Cómo ser Teruo Ishii


Allzine Cine-Club

Tomemos perversión, erotismo, vaudeville, teatro… tomemos lo grotesco y lo lúdico, las mas brutales torturas y el mas refinado uso de la cámara y la dirección… Tomemos todo esto y obtendremos a Teruo Ishii, uno de los grandes del cine japonés.

Dentro de una extraordinaria iniciativa para lo que es la labor habitual de un foro, Allzine, territorio especializado en cine oriental, comienza a elaborar toda una serie de cine-clubs dedicados al (re)descubrimiento de directores, estilos, o géneros asiáticos, más allá de los sempiternos nombres que han vuelto a poner de manifiesto hoy en día la bullante creatividad que se esconde bajo esos rostros de ojos rasgados.

En su inicio, se pretende recuperar a través de cinco películas a un realizador fundamental del cine japonés, Teruo Ishii, especializado en cintas de género policíaco, en thrillers urbanos y en piezas de corte sádico cargadas de erotismo y violencia. Un director, acaso junto a Yasuzo Masumura el mejor adaptador al cine de la obra literaria de Edogawa Rampo, básico para entender el desarrollo de la industria nipona durante los años 60; la reinvención, desmitificación y subversión del yakuza eiga; y los secretos del ero gro. Y por último, una mini-retrospectiva muy valiosa para recordar qué función asumen, o qué herencia reciben directores contemporáneos como Shinya Tsukamoto, Takashi Miike, Takashi Ishii, o Sogo Ishii. Un trabajo, repetimos, encomiable....

Allzine Cine-Club

Saludos

viernes, marzo 16, 2007

[Artículo] ¿Qué sucede con Corea? Varias retrospectivas, una mesa redonda, y un futuro plagado de incógnitas



Hace escasas fechas, una iniciativa conjunta entre ARCO y la Filmoteca madrileña coordinada por el crítico Roberto Cueto, nos ha permitido acercarnos de manera “oficial” al desarrollo actual de la industria coreana, diez años después de su eclosión a nivel doméstico y poco tiempo tras su firme asentamiento en el circuito cinematográfico mundial, apoyada en los vítores festivaleros y en la consagración internacional de algunas de sus figuras. Al margen de otras propuestas culturales de diversa índole relacionadas siempre con la cultura coreana, la apuesta fílmica nos brindaba la posibilidad de comprobar el presente estado de salud de una cinematografía que ha experimentado un notable crecimiento en un mínimo espacio de tiempo, y que, sin embargo, no ha tardado en exhibir evidentes indicios de morbilidad. Así pues, a la exhibición de una heterogénea gama de largometrajes que pretenden ayudarnos a trazar un mapa surcoreano en celuloide, se unió la celebración de una mesa redonda que contó con la presencia de varios miembros reconocidos de su industria, con el objetivo de esclarecer e incluso dilucidar de primera mano las claves del éxito de su cine. ...............SIGUE LEYENDO

Saludos

jueves, marzo 08, 2007

[Festivales] IV Muestra de Cine Fantástico de Madrid



Un año más, el fantástico en pequeñas dosis vuelve a Madrid. Pese a que desde su primera edición la muestra siempre ha estado bajo sospecha de desaparecer -debido en gran parte, a la irregular afluencia de público-, este año regresa de nuevo con el respaldo de Sci-Fi y el apoyo de Versus Entertainment, una distribuidora pequeña pero bastante arriesgada -sin ir más lejos, ha estrenado en los cines largometrajes como Brick (Rian Johnson, 2005) o The Birthday (Eugenio Mirá, 2004). En esta ocasión, y al igual que en pasadas convocatorias, la muestra madrileña se nutre de diversos títulos ya presentados en festivales como Sitges o San Sebastián (el "otro"), mientras que programa en exclusiva un largometraje de próximo estreno en España. En esta ocasión, el fuego se abrirá hoy con el regreso al "wuxia" de Zhang Yimou tras su paréntesis con Riding Alone for Thousand Miles (Qian li zou dan qi, 2005): su nombre, La Maldición de la Flor Dorada (Man cheng jin dai huang jin jia, 2006), otra fastuosa producción épica más cercana al cromatismo exacerbado de Hero (Ying xiong, 2002) que a esa historia de amor y mentiras a tres bandas que es La Casa de las Dagas Voladoras (Shi mian mai fu, 2004).

Entre las novedades, destacan la primera incursión de los Hermanos Pang en Hollywood con una historia que huele a "American Gothic"-The Messengers (2007)-; un nuevo acercamiento al territorio de la licantropía femenina -La marca del lobo (Blood and Chocolate. Katja von Garnier, 2007); y el intento de Chen Kaige por emular a su compatriota Yimou en este caso con otro "wuxia" plagado de elementos fantásticos, The Promise (Wu ji, 2005), aunque creo que ya se pudo ver en el pasado BAFF.

Por lo demás, es una magnífica oportunidad para recuperar algunas piezas de Sitges, como el "slasher" Hatchet (Adam Green, 2006); una cinta que conjuga la temática de superhéroes con los entornos cotidianos, Special (Hal Haberman y Jeremy Passmore, 2006); o la película más esperada (para un servidor): la nueva obra de Shinya Tsukamoto, Nightmare Detective (Akumu Tantei, 2006), si bien el propio realizador ha aclarado que se trata de un trabajo de encargo mientras prosigue con sus proyectos más personales (y también intransferibles).

Para los neófitos que quieran acercarse por el Cine Palafox, recomendar la última locura de Terry Gilliam ya convertida en "cult-movie", Tideland (2005); la ganadora del Mélies de Oro en Sitges a la Mejor Película Europea, Princess (Anders Morgenthaler, 2006), una muy polémica película pero realizada con una convicción y energía fuera de toda duda; y dos obras memorables llegadas de Oriente: Paprika (2006) inmenso film de Satoshi Kon, y Exiled (Fong juk, 2006), esa testosterónica mezcla de (spaghetti) western y "heroic-bloodshed" con un muy sobrado Johnnie To tras las cámaras. Por el camino se nos quedan Renaissance (Christina Volckman, 2006), animación futurista que merece una oportunidad dada su potente estética; y el esperado debut en el formato largo de Nacho Cerdá, Los abandonados (The Abandoned, 2006) que si bien ha obtenido buenas críticas en algunos certámenes especializados, supuso una pequeña decepción en su presentación en Sitges.

Tras la celebración de la muestra, no nos olvidamos de hacer el correspondiente resumen para Miradas.

Saludos

miércoles, marzo 07, 2007

[Video] Una charla con tres grandes

Ésta es la primera vez que cuelgo un enlace a YouTube pero creo que la ocasión lo merece. En este sentido, llevo a cabo un acto voluntario de vampirización a mi estimado blogger Refo -que seguro aprueba- porque me parece un vídeo sumamente interesante, ameno y con el suficiente aporte intelectual. Además, solo por ver a estos tres charlando sobre el género de terror, ya merece la pena. Lo que sí lamentamos es que uno de ellos finalmente no haya terminado demostrando lo que prometía. Aún así, una magnífica oportunidad para conocer sus opiniones de primera mano.


Parte 2

Parte 3

Saludos

lunes, marzo 05, 2007

[Estreno] "The River King" (2006) de Nick Willing: Los que se quedan




Nunca podía haberse imaginado Gus Pierce (Thomas Gibson) que su muerte conseguiría desestabilizar la diáfana existencia de una pequeña población rural norteamericana, sabiendo que ni siquiera él era el alumno más popular del college, más bien todo lo contrario. Gus Pierce era ese (típico) chico rarito –o al menos, esa es la forma de etiquetarlo cuando las hormonas toman el control del cuerpo-, solitario y ligeramente acomplejado, con tendencias depresivas que sus logros académicos eran incapaces de minimizar, y cuya debilidad intentaba ser encubierta mediante el ingreso en una de esas hermandades de adolescentes burgueses que se estimulan humillando a sus semejantes. Pero el cadáver de Gus Pierce aparece un día ahogado en el lago del pueblo, y todo el mundo sabe que en esas poblaciones aparentemente idílicas donde la policía apenas sabe como actuar ante la aparición de un cuerpo sin vida, es mejor no tocar nada, no vaya a suceder que se descubra que los cimientos están más carcomidos de lo que se creía, y que un simple soplo de viento puede tirar toda la casa abajo. Por ello, The River King (2006), pese a estar vertebrada a través de la figura ausente de Gus, es una película sobre los que se quedan, sobre unas vidas que fingen ser estables y sólidas pero que una tragedia devuelve la fractura que pretenden esconder; o también las de unas vidas adormiladas que necesitan de un fuerte estímulo que las vuelva a poner en funcionamiento.

Su director, Nick Willing, en esta ocasión partiendo de una novela de Alice Hoffman –escritora que ha sido trasladada a la pantalla grande en algunos títulos tan pobres como Prácticamente magia (Practical Magic. Griffin Dune, 1998)-, ya demostró con anterioridad que su cine linda con lo fantástico –cf. Fotografiando hadas (Photographing fairies. 1997), Doctor Sleep(Close Your Eyes, 2004)-, aunque nunca se ha atrevido a dar el paso definitivo e ir más allá de lo que propone. Igualmente en The River King, lo fantástico actúa como resorte que mueve a sus personajes a preguntarse si realmente existe algo más que se esconde tras las apariencias, un reverso que Willing acentúa mediante la consecución de una atmósfera ingrávida, casi glacial, de detalles –un sonido, un golpeo, una luz- que conceden a su trabajo una pátina de realismo mágico, de una cotidianidad que es rota por el influjo de lo extraño, de lo maravilloso –y puede que también de lo siniestro-, de una fantasmagoría que toma la forma del muchacho muerto para así remover las débiles estructuras de la comunidad.



En The River King por tanto, lo fantástico, más que una certeza o una evidencia, es una necesidad que comparten sus protagonistas, y de hecho sus manifestaciones son tan borrosas que se confunden con los anhelos de aquellos que esperan que lo ilusorio se transfigure en realidad. Aquellos como Carlin (Rachelle Lefevre), amiga íntima de Gus, que incapaz de asimilar su muerte cree que éste la protege desde el Más Allá –en este sentido, resaltar la belleza de una secuencia donde Carlin, sola en una piscina, observa como un banco de peces (que simbolizan la presencia de Gus) se le acercan en su aislamiento (1)-; o Betsy (Jennifer Ehle), profesora de fotografía y literatura que cree ver al fantasma de Gus en las instantáneas que realiza, mientras inicia un apasionado romance con el policía local que la rescata de su insulsa relación prematrimonial; y el propio agente de la ley, Abel (Edward Burns), auténtico protagonista del largometraje, que abrumado por las espectrales apariciones de un niño, se embauca en una investigación que sacará a la luz toda una red de sobornos. Lo fantástico, para Willing, sería algo parecido a un clavo ardiendo al que aferrarse, un último risco que alcanzar cuando las circunstancias son extremas y la realidad es demasiado despiadada como para poder ser confrontada.

Asimismo, la presencia de Edward Burns puede proporcionarnos claves acerca de su personaje, siguiendo la estela que el actor, director y guionista ha marcado a través de sus anteriores trabajos, en particular en algunas de sus obras como realizador –Miércoles de ceniza (Ash Wednesday, 2002)-. Hay mucho de católico en el doliente vía crucis que su personaje recorre a la par que la investigación avanza, en un intento de expiar un pecado que subyace tras una situación traumática de su infancia, tratando de explicar lo inexplicable, de pugnar por lo impugnable. Porque en el fondo, The River King viene a convertirse en una película sobre el suicidio, sobre como éste puede ser una terrible decisión para el que la toma, pero también termina siendo el acto más grande de egoísmo; porque el que se marcha ya no está, pero a su vez lega una marca indeleble en el que se queda.

The River King es una película sencilla, quizás demasiado, decididamente honesta y aparentemente intrascendente, pero mucho más honrada que otros estrenos que en el fondo nos hablan desde muy arriba, como si pretendieran dar las soluciones sobre como funciona el mundo o cómo debería funcionar, como es el caso de Breaking and Entering (Anthony Minghella, 2006) o Juegos secretos (Little Children. Todd Field, 2006). Si en la segunda, Todd Field prefiere tratar a sus personajes con condescendencia y cinismo para al final, cual osado demiurgo, devolverles a una senda de la cual estaban ya descarriados, Nick Willing es consciente que sus personajes están demasiado jodidos como para ponerse a jugar con ellos.

(1) Secuencia que dada su planificación parece un bonito homenaje a la maravillosa La mujer pantera (Cat People. Jacques Tourneur, 1942)

Saludos